Luz verde: comodidad y resultado bien mantenido. Se trataba de que fuera un trámite y eso ha sido. El partido y la clasificación no peligró en ningún momento y, más allá de un par de ocasiones que tuvieron con el 0-0, el Sevilla manejó el resultado en todo momento.
Los goles de Sarabia en la primera parte y al principio de la segunda encarrilaron aún más el partido. No tuvo Sergio Rico mucho trabajo y es lo que se presuponía que debía ocurrir.
Luz amarilla: los pases en largo y al hueco, tan importantes como mejorables. El juego directo es claro dominador en el Sevilla de Pablo Machín. El primer gol es un balón de Escudero desde atrás, el segundo es una contra de Pejiño y en el tercero Muriel hizo un gran recorte.
Aún así, todavía hay cosas que mejorar en ese aspecto. Lo fundamental es la falta del delantero centro que actúe como referencia en esos balones, además de algunos contragolpes que no funcionaron por fallos puntuales.
Luz roja: pequeños errores que mejorar atrás. Pese a no pasar apuros atrás, algunos errores son corregibles. Carriço cometió uno grave que propició una contra del Újpest y Sergio Rico falló en dos despejes.
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