"De mil formas distintas"
Una vez más, al Sevilla se le escapa de las manos una Supercopa que podría haber ganado. El 1-2 sentenció al Barcelona como campeón en un Grand Stade de Tánger lleno que marroquíes culés que cantaban "campeones" en el 80 y "oé" en el 1. Faltó poco, pero no se pudo aguar la fiesta.
El Barcelona arrancó el partido con un dominio total de la posesión, pero no había ocurrido nada cuando Sarabia hacía el 1-0 en el minuto 7, después de una buena conducción de Muriel tras pase largo desde atrás. Hubo que recurrir al VAR, ya que Del Cerro Grande había anulado el gol por un fuera de juego que no existió.
El Sevilla preparó una estrategia de defensa que funcionaba a la perfección, con un entramado defensivo que solo se tambaleaba cuando Messi aparecía, muchas veces sin marca. Tal vez faltó algo de creatividad arriba, pero el buen hacer defensivo era valedor para mantener una ventaja que a veces peligró. Vaclik hizo un par de paradas abajo, además de varias atajadas. El conjunto blaugrana dispuso de algunos córners y faltas lejanas, y Luis Suárez tuvo una clarísima ocasión con un tiro cruzado que se fue fuera.
Pero, en el minuto 40, Banega iba a hacer una falta innecesaria. Messi la golpeaba al palo, rebotaba en Vaclik y Piqué la empujaba a portería vacía después de que Lenglet no consiguiera disparar. Un error tonto y la posterior mala suerte en la ejecución ponían el 1-1 en el marcador en un momento psicólogo después de un buen primer tiempo en el que el Barça había tenido mucha posesión pero no había creado más peligro que los de Machín.
El Sevilla reaccionó bien al gol y fue a buscar el segundo, teniendo Sarabia una gran ocasión con un tiro dentro del área tras un pase de Muriel que sacó Ter Stegen. El partido llegaba con empate al descanso y Valverde daría entrada a Rakitic por Rafinha de cara a la segunda mitad, sustituyendo poco después a Arthur por Coutinho.
El partido se igualó en su reanudación, con más balón para el Barcelona pero acercamientos en ambos lados. Un Muriel cansado después de un gran partido dejaba su lugar para el recién llegado André Silva, que cuajaría una media hora bastante aceptable. En los minutos posteriores llegarían ocasiones clarísimas para ambos equipos. Franco Vázquez tuvo dos oportunidades, una cabeceando al larguero un córner que Banega botaba al primer palo y otra con un disparo en la frontal del área que no vio portería. Por otra parte, Vaclik daba muestra de su buena actuación en una doble parada muy difícil, siendo la segunda con el pie y a bocajarro. También le detuvo un tiro a Dembélé anteriormente. El portero checo estuvo a buen nivel en sus paradas y seguro en los balones aéreos, ayudado por un Kjær seguro y solvente.
Sarabia dejaba su sitio a Aleix Vidal, que dio velocidad y mejoró también a Navas detrás suya. El palaciego tuvo una buena ocasión en la que no le pegó bien (sabemos que no es su fuerte) después de una pared de tacón con André Silva.
Sin embargo, en el minuto 78 los culés sacarían una falta rápido y sorprendiendo a la defensa sevillista. Nadie fue a por Dembélé, que se sacó un zapatazo a la escuadra imposible para Vaclik. El 1-2 pesaba muchísimo, pero el Sevilla no se rindió. Tardó unos minutos, pero Pablo Machín dio entrada a Ben Yedder por Mercado, mostrando mucha sensatez en las sustituciones y que el equipo tiene variantes.
El Sevilla lo intentó, pero el rival se cerró y aguantó el resultado, dando entrada a Arturo Vidal para asegurar el centro del campo. Ter Stegen cometió penalti sobre Aleix Vidal. Lo tiró Ben Yedder, que llevaba solo 5 minutos en el campo, y fue el mayor error del partido. Falló su primer penalti en el Sevilla, probablemente el peor tirado de su carrera. Un fallo clamoroso con André Silva y Banega en el campo que martirizaba a un equipo que vio esperanzas de remontar o llegar a prórroga y que se llevaba un mazazo.
André Silva tuvo un tiro tapado por un defensa, una ocasión minúscula poco relevante pero existente entre la insistencia sevillista. Se acababa el partido y se nos volvía a ir una Supercopa, ese título que hemos perdido de mil formas distintas. Aún así, hay muchas cosas positivas sobre las que trabajar y mejorar y el equipo enorgulleció a su afición. Toca centrarse en el Zalgiris, no se puede fallar el jueves.
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