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sábado, 19 de enero de 2019

El semáforo: Real Madrid 2-0 Sevilla FC

Luz verde: los centrales, los únicos a los que salvar. En un partido lleno de despropósitos donde el sevillismo acabó avergonzado, hubo tres jugadores que sí que dieron la talla y que, de hecho, evitaron que el 2-0 pudiera haberse convertido en un correctivo mucho más serio. Kjaer, Carriço y Sergi Gómez fueron, en este orden, los tres jugadores con los que nos podemos quedar. El Madrid avasalló la meta sevillista y fueron ellos los que se inflaron a sacar balones, a cortar carreras y a tapar tiros.

Luz amarilla: ¿crédito infinito? En el 99% de los partidos, un apartado como este sería luz roja, pero dadas las circunstancias hoy sale aquí. Hay varios jugadores que están muy lejos del nivel que es propio de ellos y que debe exigir este club, pero que siguen jugando como si no pasara nada, alguno de ellos incluso exigiendo que se le suba el suelto hasta los cuatro millones.

Hablo de Sarabia, que hoy volvió a estar desaparecido. Y digo volvió porque no es algo nuevo, sino que lleva desaparecido alrededor de un mes; lo mismo que ocurre con un Banega que el Sevilla necesita y no encuentra y que en el minuto 10 ya había perdido dos balones graves en la frontal del área. También se puede hablar de un Franco Vázquez en el cual ya estamos viendo esa versión carente de intensidad o de Escudero, cuyo nivel está bajo mínimos y que no se enteró de la película, siendo siempre atacados por su banda.

Luz roja: el partido lo pierde el entrenador. He sido desde el primer día defensor de Pablo Machín, pero tampoco tengo reparos en negar que hoy es uno de los muchos responsables (de hecho, el mayor responsable) de la grave derrota debido a su planteamiento de equipo pequeño que cambió por completo el curso de los acontecimientos después del descanso.

Nos enfrentábamos al peor Madrid en años y, después de un mal primer cuarto de hora, habíamos conseguido igualar el partido habiendo tenido tan solo una ocasión en 45 minutos. Se podría haber dado un paso adelante y haber salido a por el partido en la segunda mitad, pero se dio un paso atrás y nos vimos avasallados después de habernos encerrado en nuestra área. Además, está cogiendo Machín la mala costumbre de tardar mucho en hacer los cambios, que hoy fueron malos. Quitó a los dos delanteros y justo después nos marcaron, quedándonos vendidos. Por no mencionar que no entiendo qué le habrá hecho Amadou.

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