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jueves, 31 de enero de 2019

El semáforo: FC Barcelona 6-1 Sevilla FC

Luz verde: Promes se gusta y gusta al sevillismo. Si una cosa buena nos ha traído enero es la mejoría del holandés, que cada vez se asienta más como titular. Fue el único que consiguió desequilibrar. También podemos calificar de "aceptables" o "aprobadas" las actuaciones de un Roque Mesa que aportó pundonor y de un Kjaer que sacó los balones como buenamente pudo.

Luz amarilla: Pablo Machín... otra vez. Este apartado es carne de luz roja, pero hay muchas cosas negativas a señalar cuando te marcan 6 goles. Decía el técnico sevillista en la rueda de prensa previa que no le iba a decir a los jugadores que se encerraran y tuvieran miedo, y precisamente eso fue lo que pasó. Aún más, dejó en el banquillo al máximo goleador del equipo y no hizó cambios hasta el minuto 77, cuando llevábamos un largo rato necesitando un gol.

Luz roja: hay tanto que contar aquí... De lo mucho que me apetece escribir aquí, voy a resumirlo en que hoy el Sevilla a vuelto a salir a un campo grande como un equipo pequeño. Hoy he visto en el césped a jugadores asustados y acomplejados, jugadores que en ningún momento se han creído que podrían ser capaces de pasar la eliminatoria. Evidentemente, con esa mentalidad, más allá de no pasar la eliminatoria, lo que hemos conseguido es hacer el ridículo.

Hay muchos futbolistas a los que les he visto una grave falta de personalidad, de no saber tirar del equipo cuando lo necesitaba, de tirar un penalti sin ganas, de no ir a un choque porque te asustas ante la entrada del rival, de dudar en una salida... Muchos despropósitos en un partido que no podía acabar de otra forma.

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