"La historia de nunca acabar"
Se acabó el camino del Sevilla en la Copa del Rey, al que le endosaron un 'set' en Camp Nou después de un partido en el que fue incapaz de sostener su ventaja en la eliminatoria. De nada sirvieron los dos goles de ventaja que llevaba del Ramón Sánchez-Pizjuán.
El once inicial sorprendía, marcado también por las múltiples bajas. Los elegidos eran Juan Soriano, Promes, Carriço, Kjaer, Sergi Gómez, Arana, Amadou, Banega, Roque Mesa, Sarabia y André Silva. Se quedaba en el banquillo Ben Yedder en una alineación que no convencía al aficionado medio.
Se acabó el camino del Sevilla en la Copa del Rey, al que le endosaron un 'set' en Camp Nou después de un partido en el que fue incapaz de sostener su ventaja en la eliminatoria. De nada sirvieron los dos goles de ventaja que llevaba del Ramón Sánchez-Pizjuán.
El once inicial sorprendía, marcado también por las múltiples bajas. Los elegidos eran Juan Soriano, Promes, Carriço, Kjaer, Sergi Gómez, Arana, Amadou, Banega, Roque Mesa, Sarabia y André Silva. Se quedaba en el banquillo Ben Yedder en una alineación que no convencía al aficionado medio.
El equipo salió al césped del Camp Nou como habitualmente lo hace: cagado. Dijo Pablo Machín en la rueda de prensa previa que no les iba a mandar a los jugadores encerrarse, pero lo cierto es que parece que les dijo justo eso. El equipo cada vez estaba más atrás y tendría la primera en el minuto 7, con un disparo de Messi que era despejado a córner después de una mala salida de Juan Soriano. Después tuvo tres córners consecutivos y, en el minuto 12, Coutinho adelantaba al Barcelona al convertir un penalti que el colegiado le pitó a Promes sobre Messi. Dijo "pitó" porque dudo bastante que lo fuera, ya que parece que le da al suelo. Los locales tocaban y tocaban y nosotros no olíamos el balón. Iban a tener dos buenas oportunidades seguidas mediante un tiro de Suárez que tapaba Kjaer y el posterior rechace de Messi que iba a las manos de Soriano después de que el propio central danés lo desviase.
Pero iba a tener un par de grandes ocasiones el Sevilla en un momento de rebeldía. Primero, una gran jugada individual de un Promes que fue de lo poco con lo que quedarse en el Sevilla acababa con un centro rematado por André Silva con el tacón, remate que primero detendría Cillessen y después golpearía en el palo. Un minuto después, Piqué cometía penalti sobre Roque Mesa, pero Banega lo fallaba con una ejecución pésima, tan perezosa como su primera parte y la de muchos de sus compañeros.
Fue una rebeldía fugaz, porque en la siguiente jugada iba a detenerle Juan Soriano un tiro a Messi desde la banda de Arana, por donde nos entraban permanentemente. En el 32, un pase de Arthur entre líneas acababa con gol de Rakitic en una acción en la que el portero sevillista quedaba claramente señalado. En poco más de media hora, los culés anulaban el resultado de la ida, teniendo además el factor campo y a un rival muerto en frente. Piqué iba a tener una oportunidad en un remate de un córner con un cabezazo cruzado que se iba fuera. Llegaba el descanso con 2-0 en el marcador y 2-2 en la eliminatoria tras 45 minutos que se resumen en una imagen de Sarabia frenando cuando veía llegar a Piqué tirarse al suelo.
Los primeros 15 minutos de la segunda mitad fueron dignos de película de terror. El equipo no salió (otra vez) y en el minuto 55 ya estaba 4-0 abajo. Un auténtico despropósito defensivo que acabó con dos goles en contra en dos minutos. El tercero lo hizo Coutinho de cabeza en una jugada en la que Soriano pudo hacer mucho más y el cuarto lo anotaría Sergi Roberto tras recibir solo en el área entre los tres centrales.
Parecía que el partido estaba acabado, pero en el minuto 68 un gol de Arana daba esperanzas a los sevillistas y ponía al equipo a un solo gol de la clasificación. Machín esperó hasta el minuto 77 (¡¡¡77!!!) para dar entrada a Ben Yedder y Franco Vázquez en lugar de Roque Mesa y Banega. El canario fue, junto con Promes, de lo poco medianamente positivo del partido. Pero todo sería una ilusión, porque en un partido que se rompía fue el Barcelona el que anotó el 5-1 por mediación de Luis Suárez, haciendo Messi el 6-1 definitivo en el descuento tras una jugada en la que bailaron al conjunto sevillista.
Se acababa el partido con un duro correctivo y el equipo fuera de la competición, esperando ya al partido del sábado ante un Celta que está en puestos de descenso. Mucho que sacar en cuenta del partido de hoy.
Los primeros 15 minutos de la segunda mitad fueron dignos de película de terror. El equipo no salió (otra vez) y en el minuto 55 ya estaba 4-0 abajo. Un auténtico despropósito defensivo que acabó con dos goles en contra en dos minutos. El tercero lo hizo Coutinho de cabeza en una jugada en la que Soriano pudo hacer mucho más y el cuarto lo anotaría Sergi Roberto tras recibir solo en el área entre los tres centrales.
Parecía que el partido estaba acabado, pero en el minuto 68 un gol de Arana daba esperanzas a los sevillistas y ponía al equipo a un solo gol de la clasificación. Machín esperó hasta el minuto 77 (¡¡¡77!!!) para dar entrada a Ben Yedder y Franco Vázquez en lugar de Roque Mesa y Banega. El canario fue, junto con Promes, de lo poco medianamente positivo del partido. Pero todo sería una ilusión, porque en un partido que se rompía fue el Barcelona el que anotó el 5-1 por mediación de Luis Suárez, haciendo Messi el 6-1 definitivo en el descuento tras una jugada en la que bailaron al conjunto sevillista.
Se acababa el partido con un duro correctivo y el equipo fuera de la competición, esperando ya al partido del sábado ante un Celta que está en puestos de descenso. Mucho que sacar en cuenta del partido de hoy.
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