"También gana en las sombras"
Como dijo Machín en rueda de prensa, al Sevilla le tocaba trabajarse una victoria en el fútbol de verdad, alejado de los focos y las televisiones. Así lo hizo, consiguiendo su cuarta victoria consecutiva en Ipurúa después de un partido difícil que dio un giro en la segunda mitad.
Porque el Eibar jugó una primera parte muy buena, mostrando un derroche de intensidad difícil de igualar. Desde los primeros instantes, los balones colgados al área se sucedían uno tras otro y era la defensa sevillista la que achicaba aguas y lo repelía todo en un partido en el que Kjaer acabó con 11 despejes y Carriço con 10. El equipo armero solo remataría 2 balones al área de los más de 40 que colgó.
Probablemente, su ocasión más clara fue un tiro desde la frontal de Orellana a los pocos minutos de empezar el partido. El futbolista chileno buscó la escuadra con mucha intención, pero el balón se le fue por poco. Al borde del descanso Vaclik detendría con una muy buena mano abajo un cabezazo de Sergi Enrich en el área, en una jugada después anulada por posición antirreglamentaria. Probaron suerte con algún tiro lejano, pero lo cierto es que la buena labor defensiva de los de Pablo Machín impidió que los locales tuvieran muchas ocasiones.
Pese a que el Eibar llevó la iniciativa y a que su presión impidió que el Sevilla pudiera sacar el balón con comodidad y que llegara a campo rival, Sarabia tuvo las dos mejores ocasiones de la primera mitad en sus botas. Primero fue un mano a mano de esos difíciles de perdonar en el que Dmitrovic le sacó el pie para mandarla a córner y después una volea dentro del área que también despejaba el meta serbio.
La primera parte acabaría con 0-0 en el marcador, pero no tardaría mucho en moverse el luminoso, ya que André Silva iba a abrir la lata en el minuto dos de la segunda parte con un remate con la espuela después de que Navas le centrara un balón raso en una jugada que empezó con una conducción del propio portugués. El portugués es el máximo goleador de LaLiga Santander con 7 goles en 7 partidos, y tan solo en 11 remates. Este gol cambió la dinámica del partido, que se abrió más. Franco Vázquez y Banega pudieron tocar el balón y ahí el Sevilla comenzó a crecer y a llevar la iniciativa.
El Eibar seguiría intentándolo, pero esta vez menos insistente. Sergi Enrich tuvo una oportunidad después de cabecear un centro arriba, pero fue el único acercamiento de los locales antes de que Éver Banega hiciera el 0-2 al transformar un penalti señalado a Cote por mano en un centro de, una vez más, Jesús Navas tras una gran jugada de Franco Vázquez. En la celebración del gol, la grada donde estaban los aficionados sevillistas cedió y dos de ellos tuvieron que salir en camilla, arropados por un cálido aplauso de los seguidores armeros. Se perdieron 7 minutos de partido que después se recuperarían con un descuento de 9.
Roque Mesa entraba por Sarabia, claro síntoma de las intenciones de un Pablo Machín que no quería volver a tener sustos y que, realmente, no los tuvo. Todos los intentos locales eran repelidos por la defensa y tan solo una conducción de Charles inquietó al sevillismo, pero Kjaer le robó el balón en el área. También entró Promes por Ben Yedder y, en el descuento, Muriel por André Silva.
Promes lo intentó con un latigazo lejano que un defensa mandó a córner y Franco Vázquez con disparo raso desde la frontal que se fue a la derecha de la portería defendida por Dmitrovic, pero sería Banega quien iba a anotar el 0-3 en el tiempo de descuento con un tiro lejano, raso y al palo que sorprendía a todos. El partido acabaría con un gol de Jordán, que ponía el 1-3 definitivo.
El Sevilla terminará la jornada en zona Champions, con 13 puntos de 21 y unas sensaciones muy positivas que tendrá que seguir mostrando el jueves ante el Krasnodar en la Europa League y el domingo ante el Celta en el Ramón Sánchez-Pizjuán en una nueva jornada liguera.
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