"13 años más tarde, pero con mucha rabia"
El Betis ganó un derbi en su casa por primera vez desde que lo hiciera en 2005, y lo hizo por la mínima en un partido en el que el Sevilla no estuvo bien y que acabó condicionado por la expulsión de Roque Mesa.
El Sevilla entró muy mal al partido, los primeros minutos que jugó fueron totalmente nefastos. Los béticos lo intentaron con varios centros que sacaron entre Vaclik y Kjaer (los dos mejores del partido para mí) y tuvieron varias ocasiones: un tiro de Tello que Arana mandó a córner después de que se fuera de él mismo, un disparo lejano de Inui, un centro-chut de Guardado que se iba a córner y una gran parada que Vaclik le hizo a Loren abajo y en el palo.
Tras estos 15-20 minutos iniciales, los de Pablo Machín consiguieron igualar el encuentro con unas primeras ocasiones poco peligrosas pero que dieron algo de confianza al equipo. Sarabia perdió dos ocasiones por excederse y no disparar y Pau sacó a córner un tiro de Franco Vázquez desde la frontal. Ninguno de los dos medias puntas estuvo bien, perdiendo peligro y no intimidando a la defensa bética, además de dejar bastante solo a un André Silva que tampoco destacó hoy.
El partido estuvo bastante parejo el resto de la segunda parte, aunque quizás algo más del lado sevillista. En el minuto 39, se le anulaba justamente un gol a Canales. El 0-0 se mantenía en el marcador y en el tramo final del primer tiempo el Sevilla creó peligro con 3 córners consecutivos y un disparo cruzado de Arana que se fue desviado y al que no llegó nadie para empujarlo. Nos íbamos sin goles al descanso.
En el principio de la segunda parte encontramos el mejor tramo del partido para el Sevilla. Mercado perdonó un gol de cabeza tras un centro al segundo palo que cabeceó franco a la portería, mientras que Navas golpeaba el larguero pocos minutos después con un centro que se envenenaba. Sin crear grandes ocasiones y, sobre todo, llegando por las bandas ante la ausencia de centro del campo, el Sevilla inquietaba. Entraba Gonalons por Franco Vázquez.
Y, en el minuto 66, se produzco la jugada fatídica, la que determinaría el partido. Un centro desde la derecha lo cabeceaba Arana a las manos de Pau, que atrapaba el balón y se iba directo a por un Roque Mesa que estaba en el área y que llevaba todo el partido sobreexcitado y con amarilla. El portero bético agredía al canario dentro del área local, pero el árbitro decide no señalar la agresión y el penalti sino expulsar a Roque Mesa por doble amarilla, decisión que el VAR no discutió. Una decisión injusta e incomprensible que no es causante de la derrota, pero sí un condicionante importante.
Tocaba remar contracorriente y se ponía todo bastante difícil. Inui la mandaba a las nubes desde dentro del área y, en el minuto 80, Joaquín hacía el único gol del partido tras colarse entre Navas y Mercado y cabecear dentro de la red un centro desde la frontal del área de Mandi. En el 85 y el 86 entrarían Aleix Vidal y Promes por Arana y Kjaer, unos cambios que llegaban ya muy tarde y con el marcador en contra.
Se buscó el gol a la desesperada, pero no hubo manera. La creación sevillista era nula y la impotencia era enorme. Ni con 8 minutos de descuento fue posible, Joaquín tuvo otra con un tiro desde la frontal que se iba fuera y, por si no fuera poco, Mercado se marchaba en camilla con una fractura en el cúbito de la mano derecha.
Se consumaba la derrota y el Sevilla se va al parón con 4 puntos de 9, los mismos que otros 10 equipos en la clasificación. Llega un parón que debe servir para corregir los muchos errores que deja el partido de hoy, que debe servir como toque de atención para lo que viene.
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