Luz verde: la calidad, responsable de la superioridad. Si hay algo que no le falta a nuestra plantilla es talento. El Sevilla dominó el partido sin desplegar un gran juego. Se adueñó de la posesión, aunque sin crear un gran peligro.
Los mejores ejemplos son las jugadas del segundo y del tercer gol, jugadas colectivas que acaban en asistencias rasas al área, con un tacoñazo precioso de Sarabia por ahí. Las asistencias de Sarabia a Nolito y Ganso a Ben Yedder en la primera parte son otro gran ejemplo.
Luz amarilla: pudieron ser más. Hoy la definición ha sido mejor que en los anteriores partidos, pero perdimos algunas ocasiones muy claras en los primeros 45 minutos.
Nolito fue el que falló la más clara por no darle un pase a Ben Yedder (que estaba solo) en vez de la definición colocada que intentó y no acertó. Ben Yedder tuvo dos también, una al palo y otra que envió arriba tras recibir en el área.
Luz roja: jugadores descolocados que desvanecen la idea. El protagonista aquí es Sarabia, que en los primeros minutos estaba totalmente desconcertado (y ojo, ha hecho un gran partido). Esto nos hizo perder el centro del campo en ciertos tramos.
El mayor problema es que no se a qué juega el Sevilla. Muchos pases y toque de balón, pero demasiado mareo en algunas jugadas y excesivos pases atrás al nublarse la visión. Falta un estilo definido.
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