Luz verde: Banega lidera el centro del campo, Kjær lidera la defensa. Hablemos de cada uno por separado. En primer lugar, el central danés está siendo un seguro atrás (para mí el mejor de los cuatro). Serio, atento, fuerte, contundente, concentrado... Tiene todas las cualidades para ser todo un muro y en el Sevilla lo está demostrando. Debería jugarlo todo.
Por otro lado, la entrada de Banega cambió al equipo. Jugó donde debe jugar, y empezó a mover el balón y a crear juego desde atrás. Hizo lo que quiso con la pelota y con los rivales y dio un recital de cómo jugar al fútbol. Siempre debe jugar ahí.
Luz amarilla: tantas rotaciones tienen a los jugadores despistados. Un equipo debe tener una columna vertebral, unos jugadores que jueguen casi siempre. Para dar descanso y repartir minutos, entiendo que haya que hacer 2, 3 ó 4 cambios, pero hacer 7 u 8 cambios por partido es excesivo.
Tan excesiva cantidad de rotaciones hace muy difícil que el equipo se conforme en torno a una idea. El Sevilla tiene inercia ganadora y, sobre todo, mucha calidad que le hace tener 13 puntos de 15; pero a veces la carencia de una idea hace que el fútbol sea lento, monótono y poco vertical. Eso es lo que hay que tratar de evitar. Formar una base es necesario para ello.
Luz roja: el sistema es incompatible con Muriel o Ben Yedder solos arriba. Se ha vuelto a ver hoy, el delantero francés casi no ha podido tocar el balón y cuando lo ha hecho ha sido porque ha tenido que retroceder. Durante los 90 minutos se ha encontrado en una isla arriba, completamente solo entre un mar de jugadores amarillos.
Muriel y Ben Yedder no son delanteros de referencia, son delanteros de desmarques, movimientos y espacios. Ambos tienden a caer a banda, a moverse mucho y a retroceder para arrancar desde atrás. Como siempre digo, el área ahí se queda vacía. Ese es el problema del esquema de Berizzo, que no hay nadie que acompañe al delantero.
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