Luz verde: no pasó apuros pese al resultado ajustado. El Sevilla tuvo que esperar hasta la segunda parte para ponerse por delante en el marcador y, por ende, en la eliminatoria. Aún así, el equipo fue dominador desde el primer momento del partido y no sufrió, no recibió ningún tiro peligroso (solo un disparo a las manos de Juan Soriano) y no vio la clasificación peligrar pese a unos últimos minutos de algo de tensión, pero fundamentalmente psicológica.
Luz amarilla: buenas actuaciones individuales. Este punto queda en el segundo escalafón porque se pueden sacar pocas conclusiones cuando el rival es un equipo de Segunda B, pero hoy ha habido varios jugadores que no estaban convenciendo y que han cuajado unos buenos minutos.
Estuvo bien un Nolito participativo y con dos ocasiones de hacer gol, así como un Muriel que fue el mejor del equipo hoy pese a seguir gafado con un gol que buscó en numerosas ocasiones, participando mucho en los ataques y provocando un penalti. Por último, me gustó Promes en el carril derecho, más que en la mediapunta y especialmente en la faceta ofensiva. Espero que lo veamos ahí en Mestalla si Jesús Navas no llega.
Luz roja: alrededor de 20 ocasiones para un solo gol. El único motivo por el que el partido hoy no acabó con una diferencia de cuatro o cinco goles y por el que el público del Ramón Sánchez-Pizjuán se puso nervioso en ciertos momentos, llegando a silbar en el descanso. Si bien el Sevilla fue muy superior, perdonar decenas de ocasiones pudo costar algún susto ya que, aunque estuvo todo muy controlado, un gol del Villanovense le clasificaba tanto con el 0-0 como con el 1-0.
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