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domingo, 29 de abril de 2018

Sevilla Fútbol Club Femenino, casta y coraje


No os voy a engañar, nunca había seguido demasiado el fútbol femenino hasta esta temporada. El año pasado comencé a informarme mediante redes sociales, pero no ha sido hasta esta campaña el momento en el que he empezado a desplazarme a la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios a ver a las chicas del Sevilla Femenino disputar sus partidos, esta temporada ya en la Liga Iberdrola.

No me arrepiento en absoluto de haber tomado esa decisión, porque he descubierto una versión del fútbol que no conocía. He descubierto un fútbol muy alejado de ese deporte de estrellas millonarias que se creen semidioses, lejos de esa presión mediática y centralista que tanto nos repugna a todos. He descubierto un fútbol muy distinto, un fútbol cercano y humilde, donde las jugadoras se entregan al máximo en cada partido y estudian o trabajan para llevar adelante sus vidas, un fútbol donde las que están en el terreno de juego no miran por encima del hombro a los que están en la grada, sino que los ven como iguales. Un fútbol de personas agradecidas, más limpio y puro.

Antes de seguir, me vais a permitir agradecer a Blanca, Amparito y Olivia, así como a Claudia Castro (jugadora del filial con la que he tenido el placer de conversar), un gesto tan simple como un seguimiento que me permite acercar un poco más el club a la afición mediante una red social, y por permitirme acercarles también a ellas toda la información de su club. Pequeños detalles que marcan la diferencia y lo hacen todo más cercano.

Y es que, de todas las veces que he ido a ver al Sevilla Femenino a la Ciudad Deportiva, nunca he salido pudiendo reprochar actitud. Claro que ha habido partidos mejores y peores, claro que hay cosas que mejorar, pero este equipo ha sido capaz de honrar lo que muchas veces el masculino no ha hecho, ese lema que tanto caracteriza al club y al sevillismo: "casta y coraje".

Hoy, ante el Madrid CFF, una gran segunda parte ha sido la valedora de la permanencia matemática que nos permitirá ver de nuevo a nuestras chicas en lo más alto del fútbol femenino español después de una más que meritoria segunda vuelta. A falta de dos bonitos partidos para que termine el campeonato, las jugadoras hicieron piña en el césped del Viejo Nervión y celebraron con el sevillismo que el objetivo de la temporada esta cumplido.

Ha sido bonito ver la evolución de este equipo a lo largo de la temporada. Entramos en el campeonato con ilusión e incertidumbre al mismo tiempo, con un nuevo entrenador y un inicio de liga complicado en el que los resultados no acompañaban. Pero el equipo nunca le perdió la cara a la situación y tiró del "dicen que nunca se rinde" que siempre ven al saltar al césped de la Ciudad Deportiva, tanto es así que empezó a remontar posiciones en la tabla liguera y salió de los puestos de descenso para no volver a pisarlos en toda la temporada.

Esto es el Sevilla Femenino, un equipo que trabaja a la sombra del masculino en el que se está trabajando mucho para crecer. Sin duda, nuestro Sevilla pentacampeón desata pasiones, en mí el primero, y nos ha dado muchas alegrías a todo el sevillismo, del cual nunca me voy a separar porque está ligado a mí como uña y carne. Pero hoy en la Ciudad Deportiva he sentido también en mí mucha alegría. Una alegría diferente, pero alegría al fin y al cabo. He sentido la alegría de ver a un grupo de personas humildes y trabajadoras ver como su esfuerzo ha tenido recompensa, y eso es lo más bonito, recoger los frutos del trabajo bien hecho.

Enhorabuena, chicas. Para adelante y a seguir con este trabajo bien hecho, quién sabe dónde está el límite. Esto es fútbol también, es el Sevilla Fútbol Club Femenino, es casta y coraje.

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