"Ya basta"
Ha vuelto a ocurrir. Los jugadores han vuelto a arrastrar el escudo del Sevilla, una vez más esta temporada. Nos volvemos de Vigo con un contundente 4-0... y el miércoles jugamos en el Allianz Arena.
Personalmente, yo iba ya descontento desde el once inicial. Lo que menos se toca es lo que más tocó Montella: Layún, Carriço y Arana entraban en defensa, y vaya el partido de los dos últimos. Después, repetía un Pizarro que no está dando el nivel (Geis en el banquillo y Roque Mesa en su casa). Correa se lesionaba en el calentamiento, por lo que jugó Sandro.
Y el Sevilla hizo lo de siempre, perdonar. Tras unos primeros minutos de tanteo, Sandro no aprovechaba un mal pase de la defensa rival y disparaba al muñeco cuando se quedaba solo delante de Sergio Álvarez. Solo era el minuto 8. Durante casi toda la primera parte, fue el Sevilla quien marcó el ritmo y quien mandó, pero sin encontrar llegada. Ni Sarabia ni Banega estuvieron bien, Ben Yedder no aparecía y Sandro lo intentaba sin mucho éxito. El Celta lo intentó con algún centro o contra, pero no era capaz de enlazar jugadas.
En el 35, Banega tendría una buena oportunidad que se convirtió en nada. Tras una jugada combinativa, el tiro del argentino desde dentro del área fue raso y centrado. Tan solo tres minutos después, en su primera ocasión clara, el Celta hacía el 1-0. Un centro desde banda izquierda lo toca Kjaer y David Soria evita que el danés se marque en propia, pero al evitarlo el balón acabó rebotando en Arana, que fue quien se lo marcó. El infortunio y la caridad de la delantera volvían a unirse.
Lenglet entraba por Kjaer, que se lesionó en la jugada del gol, y poco después David Soria detenía con una mano de gran nivel un tiro a bocajarro de Aspas ante él. Un par de acercamientos celtarras culminarían con una primera parte que terminó jugándose en nuestro área pese a que Sandro tuvo una gran ocasión en una volea desviada por un defensa y que Sergio Álvarez sacaba finalmente con el pie.
Para variar, el Sevilla salió a la segunda parte sin hacer ningún cambio. Por ende, todo siguió en la misma línea. Nada más arrancar, Ben Yedder intentaba un tiro cruzado que acababa demasiado centrado y a cuyo rebote no llegaba Layún. El esperpento general se materializaba en Banega resbalándose en una contra o en Sandro haciendo dos bicicletas para que al final le taparan el centro.
Todo iba cuesta abajo y a partir de aquí comenzó la tragedia. Sarabia perdía un balón en el centro del campo en el minuto 58, balón que acababa en los pies de un Aspas que haría el 2-0 con un disparo cruzado imposible para Soria (igualito que los nuestros). Fue entonces cuando Montella quitó a un Pizarro nulo para poner a Franco Vázquez. Claro, ya era tarde, y muchos jugadores habían bajado los brazos (algo que no termino de comprender).
Dos minutos necesitaron los gallegos para hacer el tercero, y fue en un balón desde banda izquierda al que David Soria salió a por uvas con los pies. Volvía a marcar Iago Aspas, esta vez a portería vacía. A partir de aquí, yo ya empecé a mirar el partido más que a verlo. Contemplaba la pantalla atónito sin dar crédito a lo que estaba pasando... otra vez. Nolito entraba por Sarabia. Algún centro que atrapaba Sergio y un tiro cruzado fuera de Ben Yedder es lo que generó el Sevilla, mientras que Iago Aspas hacía el 4-0 cogiendo otro rebote de una parada de Soria, que dos minutos después sacó un muy buen pie dentro del área para evitar el quinto de Brais Méndez, que entró solo con los centrales a su rollo.
El Sevilla se vuelve a la capital andaluza con un 4-0 que le complica mucho las cosas en liga. Puede acabar la jornada octavo si el Girona gana y el Celta se coloca ya a tres puntos. Montella está tirando la competición que nos da de comer, como si no le importara. Por no hablar de la desastrosa planificación de Óscar Arias y la ineptitud del que lo mantiene en el cargo.
Ya basta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario