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miércoles, 4 de abril de 2018

El semáforo: Sevilla FC 1-2 FC Bayern


Luz verde: cinco minutos de ilusión y desenfreno. Probablemente, hoy he vivido los cinco minutos más felices en el Ramón Sánchez-Pizjuán en los últimos años. Cuando Sarabia marcó el gol, explotamos todos de emoción y felicidad. Nervión era una olla. Por un momento, me vi en semifinales. Es imposible explicar lo que sentí, se me pasaron un montón de imágenes por la cabeza y en las caras de la gente se reflejaba la ilusión.

Y es que el Sevilla fue superior desde el minuto 1 hasta el 37, con mucho peligro en los contraataques y pudiendo haber marcado un segundo en una ocasión clarísima que falló Sarabia. El Bayern acabó perdiendo tiempo y nosotros pudimos mirarles de tú a tú a pesar de una segunda parte en la que fuimos inferiores. No queda otra que intentar obrar el milagro en la vuelta.

Luz amarilla: el duro golpe psicológico del gol en propia. Fue el momento clave del partido, nos empataron solo cinco minutos después de que nos adelantásemos. No solo el gol, sino el momento y, más aún, las formas. Un tiro que desviaba Navas, dejaba a Soria vencido y que, aun así, consiguió detener el portero; pero el balón acabó en la portería después de golpear en el palo.

Los últimos minutos de la primera parte fueron difíciles de afrontar y la segunda mitad fue para el conjunto bávaro. Sin duda, el tanto melló muchísimo en la moral de los futbolistas, a los que empezaron a pesarle más las piernas. Pasaron muchos minutos hasta que dejó de afectar... si es que dejó de afectar al completo en algún momento.

Luz roja: Montella no fue capaz de solucionar el partido. El técnico napolitano no es precisamente especialista en los cambios. Hoy, más allá de no ayudar al equipo con ellos, lo perjudicó. Para empezar, es sangrante que vayas perdiendo desde el minuto 68 y que al acabar el partido te hayas dejado un cambio sin hacer.

Después está la falta de mano para acertar en las sustituciones. Mantuvo los 90 minutos a un Franco Vázquez que estaba asfixiado y a un Pizarro que no aportó nada al equipo y su primer cambió no llegó hasta el minuto 75, algo después de que ya nos hubieran marcado el segundo. De hecho, Sandro salió con ganas, pero le faltó tiempo porque Montella esperó muchísimo tiempo para sustituirlo. Lo mismo con Muriel, que podría haber aportado más al equipo si hubiera entrado antes.

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