Lo Último

sábado, 7 de abril de 2018

El semáforo: RC Celta 4-0 Sevilla FC


Luz verde: -

Luz amarilla: falta de llegada y nula pegada. En este apartado, realmente, se puede hablar solo de la primera parte, ya que en la segunda el Sevilla apenas apareció por el área rival. Cuando manejamos el partido (hasta el 1-0), pese a tener el control del balón y del choque, el Sevilla no terminaba de desequilibrar. Banega no pareció él, mientras que Sarabia estuvo negado y Ben Yedder muy desaparecido. Esto hizo que la producción ofensiva del Sevilla en sus minutos de opciones se viera muy mermada.

Después, como siempre, está el hecho de que fallamos más que una escopeta de feria. No necesitamos mucho tiempo, ya que en el minuto 8 ya habíamos perdonado la primera clara. Sandro fallaba solo delante del portero. Banega disparó como si fuera un alevín dentro del área alrededor del minuto 30 y, al borde del descanso, una volea de Sandro era detenida por el portero con el pie después de un rebote. Ben Yedder, el delantero, tuvo dos en la segunda mitad: una fuera y otra al muñeco.

Luz roja: tu escudo y mi escudo, arrastrados en un campo más. Mestalla, Moscú, Bernabéu, Ipurúa, en casa ante Atlético y Betis... Hoy, otra vez más. Este Sevilla es un equipo que entre semana le planta cara a los más grandes y que el sábado llega a la liga (a la competición que te da de comer) y te hace pasar vergüenza. Ya son muchas esta temporada, en la que llevamos encajados 50 goles, ¡¡¡50!!! Somos el quinto equipo más goleado de la competición, con un balance de -11 en la diferencia de goles y 46 puntos en 31 jornadas. Un despropósito.

Si el Girona gana, nos pasa y nos quedamos octavos. El Betis nos saca ya 3 puntos, el Celta nos ha recortado 3 y el Villarreal puede ponerse a 4. Aún así, Montella sigue tirando la liga como si solo le importara lucirse en eliminatorias para encontrar un banquillo la próxima temporada. En el equipo no hay recursos porque Arias ha desperdiciado el mayor presupuesto de la historia y el que lo mantiene en el cargo no lo echa bajo la cortina de la Copa y la Champions y, mientras tanto, se embolsa 300.000€ que pertenecen al club con su gran labor. Un equipo que se ha convertido en un cortijo mientras que a los que nos duele el escudo se nos cae la cara de vergüenza al ver lo que hacen con él. Veremos a ver si no nos hunden la temporada que viene...

No hay comentarios:

Publicar un comentario