Luz verde: Ben Yedder mantiene el honor. Hay muy poquito a lo que aferrarse en el día de hoy, por eso este apartado va dedicado a algo tan ligero como la actuación individual de un futbolista que tampoco hizo un partido muy especial. El franco-tunecino fue el único que estuvo decente, con una primera parte bastante buena en la que, sin embargo, se encontró aislado alrededor de tanto despropósito. Wissam es un luchador nato.
Luz amarilla: el centro del campo se desconecta. Vamos con una luz amarilla de esas que tienen más color rojo que otra cosa. No existió en Bélgica el centro del campo sevillista, simplemente no estuvo. Salieron de inicio Roque Mesa, Banega y Franco Vázquez, y me atrevería a decir que el canario fue el único que salió más o menos enchufado, haciendo un buen trabajo defensivo, pero se iría apagando a lo largo del partido junto con el resto del equipo hasta quedar en nada.
Por otra parte, el 'Mudo' estuvo totalmente inactivo, sin ningún tipo de intensidad, no llegando a balones y perdiendo pelotas sin necesidad; algo que también hizo un Banega que lleva varios casos sin aparecer, cuando es uno de los futbolistas más importantes de este equipo. La desconexión total de los dos jugadores que más crean en el equipo mermó muchísimo al equipo, y no sé si el motivo es el cansancio por la acumulación de minutos o que no vean competencia.
Luz roja: Preud'homme golea a Machín. Desde los primeros compases del partido pudimos comprobar que el juego se estaba desarrolando conforme había diseñado el Standard. El Sevilla tuvo mucho balón pero de una forma muy intrascendente, en un guión de partido muy parecido a lo que veíamos la temporada pasada, y no tuvo personalidad, verticalidad ni peligro. No inquietó a su rival y no encontró su juego en ningún momento. Realmente, no encontró ni su juego ni ninguno.
Si a esto le sumamos lo añadido sobre el centro del campo y el partido de una defensa en la que los laterales no aportaron nada y los centrales estuvieron a un nivel más bajo de lo habitual, ocurre lo que ocurrió, con un gol en el que Mercado rompe el fuera de juego y Carriço no sigue la jugada porque está reclamándolo, con Kjaer a punto de marcarse en propia dos veces en dos ocasiones grotescas y con delanteros rematando en el área con mucha más facilidad de la que este equipo viene mostrando.
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