"Viendo las orejas del lobo"
Dura derrota para los de Pablo Machín en un partido en el que en ningún momento existieron. El Standard de Lieja solo necesitó un solitario gol para hacer que los tres puntos se quedaran en casa y poner el grupo apretado y al Sevilla ante un todo o nada en la última jornada.
El once inicial lo compusieron Vaclik, Aleix Vidal, Mercado, Kjaer, Carriço, Arana, Roque Mesa, Banega, Franco Vázquez, Promes y Ben Yedder.
El conjunto sevillista salió al partido teniendo más balón, pero pasaba algo parecido a la tónica que vimos la pasada temporada: tener la pelota nos servía de poco. Los primeros minutos ya lo dejaban entrever, el equipo llegaba con cuentagotas a un ataque en el que Ben Yedder era lo único destacable y las pérdidas eran relativamente frecuentes en unos primeros 45 minutos en los que ni Banega ni Franco Vázquez estuvieron bien.
Dura derrota para los de Pablo Machín en un partido en el que en ningún momento existieron. El Standard de Lieja solo necesitó un solitario gol para hacer que los tres puntos se quedaran en casa y poner el grupo apretado y al Sevilla ante un todo o nada en la última jornada.
El once inicial lo compusieron Vaclik, Aleix Vidal, Mercado, Kjaer, Carriço, Arana, Roque Mesa, Banega, Franco Vázquez, Promes y Ben Yedder.
El conjunto sevillista salió al partido teniendo más balón, pero pasaba algo parecido a la tónica que vimos la pasada temporada: tener la pelota nos servía de poco. Los primeros minutos ya lo dejaban entrever, el equipo llegaba con cuentagotas a un ataque en el que Ben Yedder era lo único destacable y las pérdidas eran relativamente frecuentes en unos primeros 45 minutos en los que ni Banega ni Franco Vázquez estuvieron bien.
Las primeras ocasiones claras las tendría el Standard, empezando por un cabezazo de Emond en el área que se fue rozando la portería que defendía Vaclik. Remató bastante solo tras ganarle la carrera a Aleix Vidal, quien no estuvo muy acertado, pues una pérdida suya unos minutos más tarde iba a desatar un contragolpe rápido del conjunto belga que iba a terminar con un disparo cruzado de Carcela que se iba por detrás del marco sevillista. También inquietó un centro desde banda derecha que nadie despejó ni remató y que Vaclik tuvo que sacar como pudo en el último suspiro, sorprendido.
Después llegaría la primera ocasión sevillista, un disparo de Ben Yedder arriba tras un centro a poca altura de Arana. Los locales se replegaron más tras la primera ocasión y, poco después, tras una buena jugada del propio franco-tunecino, el 'Mudo' dispararía a la mismísima cruceta.
Serían los únicos minutos destacables de la primera mitad, ya que después todo volvió al cauce que anteriormente seguía: un partido en el que teníamos el balón pero no llegábamos arriba y en el que alguna imprecisión nos costaba ocasiones en contra, como un no-despeje de Aleix que acabaría con un tiro de Marin (que acababa de entrar por el lesionado Mpoku) dentro del área que taparía Roque Mesa, quien fue uno de los mejores de la primera mitad.
El partido se iría 0-0 al descanso después de que Banega ejecutara arriba una falta en la frontal del área, pero se volvería aún peor en la segunda mitad. De hecho, solo pasaron dos minutos cuando el Standard ya iba a tener la mejor del partido hasta el momento, en un mano a mano (de los que son medio gol) que Emond perdió por un mal control cuando ya estaba solo después de que la defensa no viera venir un pase entre líneas, algo que pasó más veces de lo habitual hoy. Sarabia entraba y se colocaba en el carril derecho que dejaba un Aleix Vidal tocado.
Después de varios minutos de absolutamente nada por parte de los sevillistas, Djenepo hacía el 1-0 entrando al área trastabillado, andando, con Mercado rompiendo el fuera de juego y con Carriço levantando la mano para protestarlo en lugar de seguir la jugada, culminando un despropósito colectivo en forma de cuadro defensivo. Pero no era esto lo único, porque cinco minutos después Sarabia iba a ser expulsado por doble tarjeta amarilla e iba a dejar al Sevilla con 10 solo un 'ratito' después de entrar.
Con todo esto y el partido ya casi imposible, el árbitro anulaba (bien) un gol a Ben Yedder por fuera de juego y los minutos avanzaban, trayendo con ellos la desesperación sevillista. André Silva entraba por Franco Vázquez, Carcela tendría un par de disparos que eran tapados por la defensa y los locales jugaban un partido cómodo en el que el Sevilla no daba sensación de peligro.
Entonces llegaron los últimos minutos, dignos de un guión de una tragicomedia, con Muriel en el campo en lugar de Arana, completamente a la desesperada. Laifis cabeceaba mal un centro peligrosísimo de Carcela, Djenepo fallaba a portería vacía y Kjaer casi se marca en propia cuando pretendía dar un pase a Vaclik. ¿Parece poco? Pues no es todo: Banega ejecutaba muy mal una falta directa, una falta de comunicación de nuevo entre Kjaer y Vaclik acaba con el portero corriendo a salvar el balón en la línea después de que se chocaran para que después los locales fallaran sin portero y, para que el sevillista termine de perder los nervios, tocó ver a Muriel dos remates terribles y dignos de regional cuando nos jugábamos poder estar clasificados matemáticamente.
Pero el gol no llegó y el Sevilla se lleva una derrota tan dura como justa que, presuponiendo que los belgas ganarán al Akhisar en la última jornada, obliga a los de Machín a ganar al Krasnodar en casa como única opción para estar en dieciseisavos, además de volver a dejar a muchos suplentes en mal lugar (los tres partidos a domicilio en Europa League han dejado mucho que desear). Ahora toca centrarse en un difícil partido en Mendizorroza y aparcar competición europea para todo lo que no sea corregir errores y así evitar una catástrofe el próximo 13 de diciembre.
Después de varios minutos de absolutamente nada por parte de los sevillistas, Djenepo hacía el 1-0 entrando al área trastabillado, andando, con Mercado rompiendo el fuera de juego y con Carriço levantando la mano para protestarlo en lugar de seguir la jugada, culminando un despropósito colectivo en forma de cuadro defensivo. Pero no era esto lo único, porque cinco minutos después Sarabia iba a ser expulsado por doble tarjeta amarilla e iba a dejar al Sevilla con 10 solo un 'ratito' después de entrar.
Con todo esto y el partido ya casi imposible, el árbitro anulaba (bien) un gol a Ben Yedder por fuera de juego y los minutos avanzaban, trayendo con ellos la desesperación sevillista. André Silva entraba por Franco Vázquez, Carcela tendría un par de disparos que eran tapados por la defensa y los locales jugaban un partido cómodo en el que el Sevilla no daba sensación de peligro.
Entonces llegaron los últimos minutos, dignos de un guión de una tragicomedia, con Muriel en el campo en lugar de Arana, completamente a la desesperada. Laifis cabeceaba mal un centro peligrosísimo de Carcela, Djenepo fallaba a portería vacía y Kjaer casi se marca en propia cuando pretendía dar un pase a Vaclik. ¿Parece poco? Pues no es todo: Banega ejecutaba muy mal una falta directa, una falta de comunicación de nuevo entre Kjaer y Vaclik acaba con el portero corriendo a salvar el balón en la línea después de que se chocaran para que después los locales fallaran sin portero y, para que el sevillista termine de perder los nervios, tocó ver a Muriel dos remates terribles y dignos de regional cuando nos jugábamos poder estar clasificados matemáticamente.
Pero el gol no llegó y el Sevilla se lleva una derrota tan dura como justa que, presuponiendo que los belgas ganarán al Akhisar en la última jornada, obliga a los de Machín a ganar al Krasnodar en casa como única opción para estar en dieciseisavos, además de volver a dejar a muchos suplentes en mal lugar (los tres partidos a domicilio en Europa League han dejado mucho que desear). Ahora toca centrarse en un difícil partido en Mendizorroza y aparcar competición europea para todo lo que no sea corregir errores y así evitar una catástrofe el próximo 13 de diciembre.
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