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sábado, 20 de enero de 2018

El semáforo: RCD Espanyol 0-3 Sevilla FC


Luz verde: gran defensa y mejora en ataque. Lo mejor que le podía pasar al Sevilla era ser un equipo y ya lo es. Los jugadores ya muestran actitud e intensidad, base para construir todo lo demás. Se está logrando construir. En defensa, Corchia progresa mucho, Mercado de central mejora una barbaridad, Lenglet es un estandarte y Escudero un capitán. Un gol encajado en el Wanda y otro hoy, muestras evidentes de la mejoría atrás. El equipo atrás es un bloque sólido.

Arriba, volvemos a ser verticales y eficaces. Recuerdo cinco buenas ocasiones de las cuales tres han sido gol, lo que habla de la progresión arriba. Importantísimo el gol de Muriel para ganar confianza, anotándolo además como más le gusta, desde atrás. Sarabia está ganando en desborde, chispa y desborde gracias a esa confianza y a Correa solo le falta créerselo, pero el equipo ha sido hoy mucho más peligroso arriba y mucho más eficaz.

Luz amarilla: Joaquín Correa. Si algo ha demostrado Correa en el último par de partidos es que puede ser un grandísimo futbolista, pero parece que no termina de explotar. Le ves jugadas individuales y espontáneas o partidos en los que es decisivo y destroza a los rivales, pero falta algo.

No hay más que ver la jugada del primer gol, donde se va con mucha sangre fría de varios rivales dentro del área. Sin embargo, desaparece en varios tramos del partido y hoy le ha vuelto a ocurrir. Es como que se borra, se aisla del juego. Le falta créerselo, pensar que puede ser decisivo si participa más en el juego y que puede y debe explotar.

Luz roja: complicaciones en la construcción del juego. El Sevilla arrancó el partido con muchas imprecisiones en el pase, el balón le duraba demasiado poco. Lo mismo le ocurrió en diversas fases del partido. Sin embargo, lo peor de esto es cuando hacemos lo más difícil en la salida del balón, dando balones en desventaja a jugadores rodeados de rivales en situaciones en las que lo más normal es que pierdan el balón.

Especialmente, esto nos lastró en el primer cuarto de hora del segundo tiempo. En una ocasión, una pérdida en el área estuvo a punto de costarnos un gol del que solo nos salvamos gracias a la mala definición de Baptistao. Del mismo modo, Rico complicaba a Banega con un saque en corto y numerosos balones perdidos devolvían la posesión al Espanyol y nos creaban riesgo de contras.

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