"Más de lo mismo"
Venció el Sevilla al Cádiz por 2-1 (global: 4-1) en el partido correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. Partido en el que el Sevilla dejó unas sensaciones dudosas en su juego y en su intensidad.
La primera parte reflejó un Sevilla que tenía el balón (71% de posesión), pero que se mostraba impreciso y recibía sustos por ello. Esto, sumado a la falta de acierto en la finalización de las jugadas, fue el detonante de una primera parte pobre.
Aunque lo cierto es que la primera gran ocasión sería para el Sevilla tan solo un par de minutos después del inicio del partido. Rubén detendría un disparo de Ben Yedder desde la frontal del área, que buscaba la escuadra con poca potencia. Probamos por la banda derecha, y Corchia fue el encargado de la mayoría de los centros. Su falta de puntería hizo que muchos ataques se perdieran.
El marcador reflejaba el cuarto de hora cuando llegaría el primer error grave. Geis perdía el balón en el centro del campo y sin nadie detrás, dando a Barral una gran ocasión que acabaría en un disparo a la cruceta. El Sevilla se libraba por centímetros de colocarse por debajo en el luminoso.
Otra gran ocasión para el Cádiz también llegaría de un desajuste defensivo. Lenglet no controla bien el balón en el centro del campo y Moha (que no es excesivamente rápido) gana en varios metros a Carole a la carrera, definiendo finalmente al lateral de la red.
Sin embargo, sería Ben Yedder quien abriría el marcador en el minuto 31. Correa no acertó en el mano a mano en un área repleta de jugadores. Entre ellos estaba el delantero francés, al que le cayó el rebote. Definió plácidamente a puerta vacía y colocó el 1-0 en el marcador.
De ahí al final del primer tiempo, el Sevilla tuvo tres buenas ocasiones: un mano a mano y una falta de Banega, ambas detenidas por el portero rival, y un tiro de rebote de Lenglet desde dentro del área que se fue por poco. Por su parte, la defensa generaba dudas que el Cádiz intentaba aprovechar, aunque no llegó a generar más ocasiones peligrosas.
El conjunto de Montella se iba al descanso ganando 1-0 pero con una primera parte floja que no transmitió muy buenas sensaciones.
La segunda mitad empezó con más de lo mismo, como si hubiera existido el descanso. Lo primero destacable que ocurrió fue un gol de Correa, que cabeceó dentro de la red un córner botado por Sarabia. Aquí ocurrió la anécdota del choque, puesto que el argentino pidió perdón a la afición por la situación del equipo al marcar. A Muriel este gesto no le gustó, y las cámaras le enfocaron en el banquillo quejándose por ese gesto.
Durante los siguientes 20 minutos, las únicas ocasiones destacables fueron un disparo de Carrillo que Rico atrapó con facilidad y un remate de Ben Yedder al que Rubén Yáñez reaccionó con una gran parada. Montella quitaría a Banega y después a Ben Yedder (ambos ovacionados) para dar entrada a Franco Vázquez y a Muriel. Tanto el italo-argentino como el colombiano recibieron una sonora pitada al ingresar en el terreno de juego.
Correa dispararía arriba y Pizarro sustituiría a un N'Zonzi que se iba entre pitos y aplausos y a partir de aquí llegarían los peores momentos para el Sevilla. En el 85, Álvaro hacía el primer gol para el conjunto gaditano aprovechando un pase entre líneas y una media salida de Sergio Rico para picársela. El propio Álvaro tendría otra ocasión, regateando bien al portero sevillista pero finalizando con un disparo forzado que saca Corchia.
Se vivieron minutos de murmullos y algunos pitos para el portero sevillista en los que la indecisión se apoderó de la defensa y el centro del campo, que finalizaron con un tiro raso y flojo de Correa. El Sevilla ganaba y se clasificaba para cuartos de Copa, pero el Ramón Sánchez-Pizjuán despedía al equipo con una nueva bronca. El domingo, próximo partido ante el Alavés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario