Luz verde: Pablo Sarabia. Una luz verde muy tenue en medio de una cerrada noche sevillista. Cuando el madrileño entró fue cuando el Sevilla se acercó un poco más a la portería rival (sin llegar a jugar buenos minutos). Mi impresión es que Berizzo, como a muchos otros, se lo está cargando. Debería tener muchos más minutos, fue de los jugadores más importantes de la temporada pasada.
Luz amarilla: falta de personalidad. Esta luz amarilla es completamente roja y, de hecho, ha sido roja en otros partidos, pero ya uno no sabe cómo colocar estas cosas. Mientras que el Valencia jugaba rápido y casi de memoria, el Sevilla "llegaba arriba" y dudaba cada pase que daba, cada disparo flojo que realizaba. Esas cosas se ensayan en los entrenamientos. Los equipos juegan como entrenan. ¿A qué juega el Sevilla? Es más, ¿a qué entrena el Sevilla?
Hoy no hubo ni posesión. El Sevilla no tiene un sistema, no tiene un esquema, no tiene un estilo de juego. El Sevilla juega a lo que el rival le haga jugar. Y no solo ahora, también contra Getafe, Liverpool, Girona o Las Palmas. Se ha ido agotando esa pizquita de suerte y ha llegado el tramo serio. Todo el mundo empieza ya a ver las cosas que antes solo veían algunos.
Luz roja: inaceptable actitud e intensidad. Te pueden ganar por muchas cosas y por muchas muy dignas. Pueden ganarte porque son mejores, pueden ganarte porque el árbitro no te ha dejado ganar, pueden ganarte porque no has tenido suerte, pueden ganarte habiéndotelo dejado todo en el campo, pueden ganarte porque te han neutralizado en tu juego, o pueden ganarte simplemente porque son mejores. Pero no pueden ganarte porque seas un equipo que se arrastra. Por eso, no.
Hoy el Sevilla le dio un repaso al Valencia en intensidad. Era obvio viendo el partido que el Sevilla no podía parar las contras ni las jugadas en velocidad del conjunto ché. Siempre acababan en centros despejados, en tiros bloqueados, en faltas... o en gol. Los ataques sevillistas, todo lo contrario, Unas bandas desparecidas con unos Navas y Nolito que daba pena verlos y sin maldad ninguna. Dos escasas 'medio ocasiones' tuvimos.
Pero lo que más me duele a mí es que no hay actitud, no hay alma ni sentimiento de equipo. Ves el túnel de vestuarios y los jugadores del Valencia chillan como si no hubiera mañana, se animan entre ellos. ¿Y los sevillistas? Nada. Callados saltan al terreno de juego como si en misa estuvieran. Zaza le hacía una falta clarísima a Corchia y los jugadores actuaban como si nada. Un EQUIPO habría salido a comerse al árbitro. ¿Qué le han hecho al Sevilla, a esa plantilla unida e inquebrantable? ¿Dónde está nuestra intensidad, nuestra casta y nuestro coraje?
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