El partido empieza con un clásico, protestas de Aduriz, que a los 30 segundos ya se estaba encarando con Kjaer. Los primeros minutos estuvieron igualados en todos los aspectos y los acercamientos llegaban todos mediante centros al área y balones largos. En una de estas se llevaría Aduriz amarilla por protestar excesivamente una mano inexistente.
En el minuto 20, un choque desafortunado con Vesga lesionaría a N'Zonzi (al parecer del tobillo), lo que obligaría a Berizzo a dar entrada a Krohn-Dehli. Este cambio dejó más solo a Pizarro y mejoró a un Sevilla que cada vez iba llegando y dominando más.
La ocasión más clara del Athletic la tendría Susaeta, que disparaba desde la frontal, muy solo, abajo y al palo. El disparo era fuerte, pero Rico fue capaz de sacalo a córner.
Pero las mejores fueron para el Sevilla, que entre las que tuvo destacan tres: un tiro de falta de Corchia, una gran parada de Kepa abajo tras un disparo de Carole dentro del área y un uno contra uno que desaprovechó Ben Yedder después de encarar mal la portería tras recibir un balón de Vázquez y correr hacia la portería.
Sin embargo, pasó algo a lo que desgraciadamente estamos acostumbrados. El fútbol no perdona los errores, y cuando mejor estaba el Sevilla anotaría Vesga un gol anotado tras varios rebotes en el área, en el que faltó contundencia en el área.
Era el minuto 43 y el Sevilla se llevaba un duro golpe. Los de Berizzo se marchaban al descanso por debajo en el marcador tras hacer una buena primera parte, pero perdonando.
La segunda parte fue un mérito trámite, casi que habría sido mejor no haberla jugado. El Sevilla no le generó peligro en ningún momento, y lo cierto es que las únicas tres ocasiones fueron dos tiros lejanos de Franco Vázquez y Krohn-Dehli (que fue desapareciendo) que se fueron muy desviados y un intento blandito de Ben Yedder de picársela a Kepa que acabó en las manos del portero vasco.
Fueron 45 minutos en los que el Sevilla se cargó de tarjetas amarillas y donde el Athletic tuvo ocasiones claras, siendo el único que llegó. Sin hacer un gran partido, fueron dominadores, ya que los de Berizzo se entregaron. Mikel Vesga estrelló el balón en el palo con poco ángulo después de un mal remate de Raúl García en el 56, y fue la mejor ocasión del segundo tiempo.
Las bandas no funcionaban, Correa parecía dar la sensación de no querer jugar y Navas no aparecía por el partido. En el minuto 60, la solución que propuso Berizzo fue sustituir a Corchia para dar entrada a Nolito, retrasando a Navas a la posición de lateral derecho. El remedio fue peor que la enfermedad, ya que se retiraba un jugador que lo estaba haciendo bien y entraba otro con una falta de ritmo que le mermó en un campo tan exigente como San Mamés. Para más inri, la aportación del palaciego como lateral fue escasa, creando una situación de peligro al entregar el balón a Williams en un saque de banda a la altura de nuestro área.
El partido empeoraba por momentos, el Sevilla no daba sensaciones de mejora y el técnico argentino acabaría con dos delanteros el partido: en el minuto 77 Muriel sustituía a un Correa que había pasado por el partido sin pena ni gloria. No fue suficiente, el cambio llegaba tarde y el equipo ya estaba falto de entrega y actitud.
Pasaron los minutos y lo único en lo que ganó el Sevilla fue en frustración. Acabó el partido y Muriel se enfrentó a medio equipo rival, llevándose una amarilla compartida con Kepa y Laporte. Pero la peor noticia estaba por llegar. Con Pareja y Carriço lesionados, la cámara enfocaba a Kjaer saliendo del campo cojeando. Pocos efectivos en defensa, veremos a ver cómo sale esto cuando entre semana vamos a Moscú y el fin de semana que viene visitamos Mestalla...
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