"Resucitar en Europa mediante la autocrítica y la reflexión"
Tras dos meses en competiciones nacionales, el Sevilla Fútbol Club vuelve al fútbol europeo y lo hace en su torneo favorito, el que hace vibrar al sevillismo y al que más cariño le tenemos, porque vuelve la UEFA Europa League y lo hace en Roma, ante la Lazio para la ida de los dieciseisavos de final.
No es el mejor momento para el equipo de Pablo Machín para afrontar este tipo de partidos, pues no está convenciendo a la afición desde el inicio de 2019. Se clasificó como primero de grupo en su día, pero los últimos 5 de 18 puntos en liga (con solo una victoria) y resultados recientes como el 6-1 del Camp Nou, el 1-0 de Balaidos o el reciente milagroso empate ante el Eibar el pasado domingo hacen que se cuestione el modelo del entrenador, que empieza a mostrar carencias.
Para este choque, el técnico soriano ha viajado con 20 jugadores, lo que significa que habrán dos descartes en la hora previa al pitido inicial. Viajan todos los efectivos a excepción de los lesionados y del sancionado Wöber, que fue expulsado en su último partido europeo con el Ajax. Vuelven, por tanto, Mercado, Rog y Arana con respecto al fin de semana.
En cuanto al once inicial, parece que se apostará por los más habituales a pesar de las dudas, con la entrada de Navas tras su lesión y a expensas de ver si es Promes o Escudero el que ocupa el carril izquierdo (el holandés parece tener más opciones). Lo que sí es casi una certeza es que no se va a tocar a los tres centrales y sus dos respectivos carrileros largos después de la rueda de prensa previa al partido, donde Machín ha afirmado que "no es momento de dudar".
Yo soy de los que piensan que en partidos que se presentan más defensivos y que fuera de casa, donde el equipo suele ceder protagonismo e iniciativa, se debería probar un cambio de sistema y jugar con línea de cuatro atrás por una simple razón: en fase defensiva tenemos cinco jugadores atrás y eso limita hasta el extremo la capacidad ofensiva del equipo, también influenciada por el mal momento de los centrocampistas habituales (Banega, Sarabia y Franco Vázquez). En este aspecto, me gustaría ver jugar a Amadou e incluso a Rog, que conoce bien al rival y que aún no ha debutado.
El rival no es un cualquiera. De hecho, es probablemente el rival más complicado de los 16 equipos que había en el bombo 2. La Lazio de Inzaghi es séptima en liga con 38 puntos y está metida en una dura y competida pelea por la Champions, que la marca el Milan con 39. Solo han perdido 2 de los últimos 9 partidos y han sido ante Juventus y Napoli (1º y 2º en Italia respectivamente) y cuentan con la importante y probable baja del ex sevillista Ciro Immobile. También están en sus filas Correa y Luis Alberto, otro de sus hombres referencia.
Leyendo al siempre recomendable Miguel Canales, os puedo contar que la mejor forma de atacarles será con juego rápido por las bandas y, preferiblemente, con cambios de orientación al no pasarlo bien sus laterales en velocidad. Por ello es importante que los carrileros sevillistas (preferiblemente Navas y Promes) tengan un buen día y por ello me habría gustado un cambio de esquema que no se va a dar y que debe ser compensado con una actitud nueva y diferente a la que el equipo muestra fuera de casa, una actitud más valiente y una mayor iniciativa ante un equipo que, una vez esté el balón en juego, no suele presionar muy arriba.
Hay que traer un buen resultado para la vuelta en Nervión. ¡Vamos, Sevilla!
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