"Cambiar el chip en febrero"
Ha pasado mucho tiempo desde que el sevillismo veía partidos en una de sus competiciones sin que su equipo los disputara. Eso ocurrió esta semana, en la que el equipo pudo "descansar" después de ser eliminado por el Barcelona en los cuartos de final de la Copa del Rey. Ocho días después del último partido en Balaidos, el Sevilla recibe al Eibar para disputar la vigésimo tercera jornada de LaLiga Santander.
Lo hace con dos grandes novedades: Jesús Navas y Munir, que vuelven a la convocatoria después de perderse varios partidos a causa de una lesión. También sorprende la ausencia por primera vez de Marko Rog desde que aterrizó a finales de enero, no habiendo jugado ni un solo minuto. Se caen de la lista, además del croata, Mercado y Arana. Siguen lesionados Nolito, Aleix y Gnagnon.
Todo apunta a que Pablo Machín apostará por un once muy titular, ya que el equipo ha tenido una semana completa sin partidos, aunque también debemos tener en cuenta el importantísimo encuentro del próximo jueves en Roma ante la Lazio, aunque hay 5 días entre un choque y otro. Donde más refresco necesita el equipo es en el centro del campo; donde Banega, Sarabia y Franco Vázquez no están rindiendo bien; aunque no parece que vaya a tocar mucho el técnico soriano si consideramos la ausencia de Rog (tal vez juegue Roque Mesa, aunque será más difícil ver a Amadou). Queda la duda de si Navas volverá a jugar y, en caso afirmativo, si Promes pasará al carril izquierdo o se mantendrá Escudero.
En frente se encuentra un Eibar que ocupa la décima posición de la tabla con 29 puntos de 66 y que se ha abonado al empate: ha firmado tablas en 5 de los últimos 8 partidos, con 2 victorias y solo una derrota. Pero sus números fuera de Ipurúa son negativos, sumando solo 7 puntos y habiendo cosechado una única victoria a domicilio. Hay que añadir además el factor Ramón Sánchez-Pizjuán, donde el Sevilla lleva 8 partidos sin conocer la derrota y donde el conjunto vasco no ha ganado aún. De hecho, desde que volvieran a primera, no han conseguido marcar ningún gol en 4 partidos y solo han cosechado un empate a cero en el año posterior a su ascenso.
Pero, pese a que los datos sean positivos para los nuestros, ya sabemos que en el fútbol las estadísticas están para romperlas, por lo que el Sevilla no puede relajarse ante un equipo competitivo, teniendo también en cuenta las gran necesidad de puntos que tenemos. Getafe, Betis, Alavés y Valencia vienen apretando muy fuerte por detrás para arrebatarnos una plaza Champions que ven cada vez más factible después de un mal mes de enero y una mala entrada a febrero con derrota 1-0 ante un Celta que llevaba cinco derrotas seguidas y que era, probablemente, el equipo más fácilmente vencible de la categoría.
El pésimo nivel del equipo fuera de casa, donde ya son 8 partidos ligueros sin ganar, exige rendimiento máximo en casa; un rendimiento que podría igualmente no ser suficiente. Por eso, el Sevilla debe mantener el ritmo en el Sánchez-Pizjuán y espabilar a domicilio si no quiere verse fuera de puestos Champions en las próximas jornadas, ya que ahora viene la Europa League, competición que ilusiona al sevillismo más que ninguna y que va a demandar también todo a los jugadores y entrenador, entrenador que debe revertir una situación de la que también él tiene parte de la culpa.
No se puede fallar. ¡Vamos, Sevilla!
Todo apunta a que Pablo Machín apostará por un once muy titular, ya que el equipo ha tenido una semana completa sin partidos, aunque también debemos tener en cuenta el importantísimo encuentro del próximo jueves en Roma ante la Lazio, aunque hay 5 días entre un choque y otro. Donde más refresco necesita el equipo es en el centro del campo; donde Banega, Sarabia y Franco Vázquez no están rindiendo bien; aunque no parece que vaya a tocar mucho el técnico soriano si consideramos la ausencia de Rog (tal vez juegue Roque Mesa, aunque será más difícil ver a Amadou). Queda la duda de si Navas volverá a jugar y, en caso afirmativo, si Promes pasará al carril izquierdo o se mantendrá Escudero.
En frente se encuentra un Eibar que ocupa la décima posición de la tabla con 29 puntos de 66 y que se ha abonado al empate: ha firmado tablas en 5 de los últimos 8 partidos, con 2 victorias y solo una derrota. Pero sus números fuera de Ipurúa son negativos, sumando solo 7 puntos y habiendo cosechado una única victoria a domicilio. Hay que añadir además el factor Ramón Sánchez-Pizjuán, donde el Sevilla lleva 8 partidos sin conocer la derrota y donde el conjunto vasco no ha ganado aún. De hecho, desde que volvieran a primera, no han conseguido marcar ningún gol en 4 partidos y solo han cosechado un empate a cero en el año posterior a su ascenso.
Pero, pese a que los datos sean positivos para los nuestros, ya sabemos que en el fútbol las estadísticas están para romperlas, por lo que el Sevilla no puede relajarse ante un equipo competitivo, teniendo también en cuenta las gran necesidad de puntos que tenemos. Getafe, Betis, Alavés y Valencia vienen apretando muy fuerte por detrás para arrebatarnos una plaza Champions que ven cada vez más factible después de un mal mes de enero y una mala entrada a febrero con derrota 1-0 ante un Celta que llevaba cinco derrotas seguidas y que era, probablemente, el equipo más fácilmente vencible de la categoría.
El pésimo nivel del equipo fuera de casa, donde ya son 8 partidos ligueros sin ganar, exige rendimiento máximo en casa; un rendimiento que podría igualmente no ser suficiente. Por eso, el Sevilla debe mantener el ritmo en el Sánchez-Pizjuán y espabilar a domicilio si no quiere verse fuera de puestos Champions en las próximas jornadas, ya que ahora viene la Europa League, competición que ilusiona al sevillismo más que ninguna y que va a demandar también todo a los jugadores y entrenador, entrenador que debe revertir una situación de la que también él tiene parte de la culpa.
No se puede fallar. ¡Vamos, Sevilla!
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