"Las cosas del fútbol"
El Sevilla sacó un punto que probablemente no mereció después de un agónico empate en el tramo final de un partido en el que no jugó bien, pero que sirve para continuar con la racha de partidos sin perder en casa en liga (ya son 9, con 7 victorias y 2 empates).
Los once elegidos por Machín fueron Vaclik, Promes, Carriço, Kjaer, Wöber, Escudero, Banega, Roque Mesa, Sarabia, Ben Yedder y André Silva. No cambió absolutamente nada el técnico sevillista en un partido donde seguían jugando los nombres importantes que no están al nivel y donde jugadores como Marko Rog se quedaron sin convocar. Se notó bastabte, ya que el Eibar saldría al partido mucho mejor que nosotros.
El Sevilla sacó un punto que probablemente no mereció después de un agónico empate en el tramo final de un partido en el que no jugó bien, pero que sirve para continuar con la racha de partidos sin perder en casa en liga (ya son 9, con 7 victorias y 2 empates).
Los once elegidos por Machín fueron Vaclik, Promes, Carriço, Kjaer, Wöber, Escudero, Banega, Roque Mesa, Sarabia, Ben Yedder y André Silva. No cambió absolutamente nada el técnico sevillista en un partido donde seguían jugando los nombres importantes que no están al nivel y donde jugadores como Marko Rog se quedaron sin convocar. Se notó bastabte, ya que el Eibar saldría al partido mucho mejor que nosotros.
Y es que, aunque Sarabia tendría la primera en el minuto 3 con un disparo cruzado que no vio portería, sería el conjunto vasco el claro dominador del partido, dando un repaso a los sevillistas durante la primera media hora gracias a una presión alta que no pudo superar el Sevilla debido al nefasto estado de forma del centro del campo. Empezaron a llegar ocasiones, como un tiro de Sergi Enrich que sacaba Kjaer a córner u otro de Diop que se iba arriba después de una jugada individual de Orellana en banda. Precisamente fue Orellana el que haría el primer gol del Eibar en el Ramón Sánchez-Pizjuán desde que subieran a primera hace ya cinco temporadas. El chileno ponía el 0-1 en el marcador en el minuto 22 después de irse con facilidad de Kjaer y batir a Vaclik.
Después de varios minutos sin reacción, al Sevilla se le ocurrió intentarlo mediante balones largos y centros que se volverían inútiles debido a la gran envergadura de los centrales rivales. Aún así, llegó alguna oportunidad, como una mala volea de Escudero, un tiro de Ben Yedder, un centro raso al que el propio delantero no llegó y un córner mal cabeceado por Carriço. Sin embargo, no fue suficiente para inquietar a Asier Riesgo y, ni mucho menos, para empatar el encuentro. Nos íbamos al descanso después de una muy mala primera parte donde se vio que el técnico sevillista no leyó bien el partido y que no enmendó los errores de los últimos partidos, teniendo como resultado una derrota momentánea.
Pero decidió el soriano no hacer ningún cambio en el descanso, y en la segunda parte se vivió más de lo mismo. Tuvo la primera el Eibar con un contragolpe que no finalizaría bien Orellana después de que el Sevilla sacara mal un córner. Es uno de los grandes defectos del equipo este año, y precisamente en un córner haría Charles el 0-2 en el minuto 64 empujando un balón que Arbilla evitó que se perdiera por línea de fondo. En este tramo, habíamos tenido algunas ocasiones que surgían del juego vertical, aunque no terminábamos las mismas porque siempre fallábamos el último pase. La mejor la tuvo André Silva con un disparo que se fue a las manos de Riesgo. Además, acababan de entrar Navas y Franco Vázquez por Escudero y Roque Mesa, sin cambiar el sistema y metiendo a otro hombre que está en un mal nivel de forma.
El nerviosismo imperaba en la afición y la situación en el césped no mejoraba, no llegaba ninguna ocasión clara. Pasaban los minutos sin que ocurriera nada, Bryan Gil (que lo intentaría mucho más que tíos a su alrededor que cobrarán 20 veces más) entraba por Carriço y a Kike le anulaban un gol por fuera de juego. Además, para más INRI, Banega sería expulsado por doble amarilla y se iría con unos aplausos y una tímida ovación que, personalmente, no termino de entender después de un partido en el que se borró.
Pese a estar con 10, el cambio de sistema al tener 4 atrás y la presencia de Navas y Promes como carrileros surtieron efecto en un final tan trepidante como inesperado. Ben Yedder hacía el 1-2 en el minuto 88 batiendo a Riesgo en un mano a mano tras un pase que respondía a su desmarque y Sarabia empataba el partido en el 92 (se descontaron 6 minutos) tras un centro de Promes.
El Eibar sintió miedo escénico y los sevillistas se vinieron arriba, pero no fue suficiente para encontrar el tercero. Por otra parte, el punto es más que satisfactorio tras un mal partido de donde pudimos salir con las manos vacías. El fútbol a veces tiene estas cosas, porque este partido se pierde 19 veces de cada 20. Ahora toca pensar en la Lazio, para lo que Machín debe plantearse cambiar varias cosas de una vez para no tener que tirar de épica.
El nerviosismo imperaba en la afición y la situación en el césped no mejoraba, no llegaba ninguna ocasión clara. Pasaban los minutos sin que ocurriera nada, Bryan Gil (que lo intentaría mucho más que tíos a su alrededor que cobrarán 20 veces más) entraba por Carriço y a Kike le anulaban un gol por fuera de juego. Además, para más INRI, Banega sería expulsado por doble amarilla y se iría con unos aplausos y una tímida ovación que, personalmente, no termino de entender después de un partido en el que se borró.
Pese a estar con 10, el cambio de sistema al tener 4 atrás y la presencia de Navas y Promes como carrileros surtieron efecto en un final tan trepidante como inesperado. Ben Yedder hacía el 1-2 en el minuto 88 batiendo a Riesgo en un mano a mano tras un pase que respondía a su desmarque y Sarabia empataba el partido en el 92 (se descontaron 6 minutos) tras un centro de Promes.
El Eibar sintió miedo escénico y los sevillistas se vinieron arriba, pero no fue suficiente para encontrar el tercero. Por otra parte, el punto es más que satisfactorio tras un mal partido de donde pudimos salir con las manos vacías. El fútbol a veces tiene estas cosas, porque este partido se pierde 19 veces de cada 20. Ahora toca pensar en la Lazio, para lo que Machín debe plantearse cambiar varias cosas de una vez para no tener que tirar de épica.
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