Luz verde: hay un referente en el centro de la defensa. El partido del Sevilla en defensa ha sido, como en casi todo, muy malo, pero siempre quiero destacar a un futbolista que rara vez hace un mal partido y que no es otro que Simon Kjaer. El danés volvió a ser el encargado de achicar aguas, solucionando como pudo los problemas que generaron las malas actuaciones de Sergi Gómez y de Wöber. Evidentemente, no fue su mejor partido, pero quería destacar el trabajo que hace, uno de los más difíciles.
Luz amarilla: un ataque completamente desesperado. Tras irnos perdiendo 2-0 al descanso, para la segunda parte se iba a dar a entrada a Ben Yedder y a Sarabia. Durante muchos minutos de la misma, el Sevilla iba a intentar recortar distancias y lo iba a tratar de hacer por todos los medios posibles. De hecho, el número de disparos durante la segunda mitad fue muy elevado, el problema fue la falta de sentido que tuvieron esos ataques, con los jugadores desordenados y con un Villarreal tratando de evitarlo a toda costa y cargándose de amarillas. Al final, solo sirvió para cansarse y que marcaran el tercero en los minutos finales.
Luz roja: a Machín se le acaba el crédito. El Sevilla ha sumado en Villarreal su novena jornada consecutiva sin ganar fuera de casa en liga y esta vez lo ha hecho ante un equipo que llevaba 10 jornadas sin ganar y que solo había cosechado una victoria en casa en lo que va de temporada. No solo es hoy, sino muchos otros campos. El anterior fue el Celta y el siguiente puede ser el Huesca.
Evidentemente, todo esto no es producto de la casualidad. El técnico sevillista ha cometido hoy los mismos errores que ha venido cometiendo recientemente, y lo peor es que parece que va a continuar así. Se mantiene el empeño en un sistema con tres centrales que no te vale para nada si te rematan un córner delante del portero o si Sergi Gómez deja un hueco en el segundo gol y se mantiene la actitud de equipito de barrio que sale asustado a todos los campos, sea ante el Madrid, el Villarreal, el Akhisar o el Villanovense. La plantilla no es tan mala, y no se gana sean quienes sean los que jueguen, es por eso que casi todos los dedos señalan ya al banquillo.
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