Luz verde: Ben Yedder y Kjaer, decisivos en sus respectivas áreas. Empecemos por el franco-tunecino, que hoy ha hecho su gol número 20 esta temporada. La asociación que tiene con André Silva arriba es exquisita, y es que ambos sacan pólvora donde no hay nada a pesar de muchas veces ser una isla arriba. Wissam es uno de los jugadores más inteligentes que ha pasado por el Sevilla recientemente, un jugador que siempre sabe encontrar el hueco y el momento preciso y que además tiene un olfato de gol innato.
Por otro lado está Simon Kjaer, un danés que es, sin duda alguna, el líder indiscutible de la zaga sevillista y el defensa más en forma. Hoy dio un recital: un gol evitado, dos cortes providenciales a Correa en el área, pases al hueco y balones aéreos evitados... También quería mencionar la mejora de Escudero, más participativo pese a faltarle precisión y mejor en la segunda mitad. Espero que sea el primer paso para recuperar la mejor versión de lo que puede ser un gran lateral izquierdo.
Luz amarilla: la infinita pesadilla del balón parado. Pasan los partidos y no hay progreso. Si bien el Girona de Machín el año pasado era el mejor equipo de LaLiga en jugadas de estrategia, el Sevilla este año tiene unos números paupérrimos en ese aspecto. Leí el dato de que, en liga, lleva 2 goles en alrededor de 130 córners. Hoy volvió a hacerse patente, no solo en saques de esquina que quedaron en nada sino también en faltas muy peligrosas que se fueron a las nubes, como es el caso de la que Banega falló en la frontal del área.
Luz roja: los dejamos con vida. El rival hoy no ha podido tener más inconvenientes. Llegaba al encuentro con las graves bajas de Immobile (que estará en la vuelta) y Milinkovic-Savic, habiendo realizado, además, todos los cambios en el minuto 57 y todos por lesión, siendo uno de ellos Luis Alberto y llegando al final del partido con uno o dos jugadores también prácticamente cojos, siguiendo como buenamente podían.
Pues, pese a todos esos contratiempos, el Sevilla no apretó más y salió a la segunda parte contemplativo. Luego subió un poco más al ataque pero no terminó de creérselo, dejando pasar la oportunidad de conseguir un 0-3 y dejar la eliminatoria más que encarrilada para la vuelta. En el 90, además, el 'Mudo' perdonó una ocasión por mera apatía y el resultado se quedó en un 0-1 que es tan positivo y merecido como corto teniendo en cuenta lo tocado que estaba el equipo al que teníamos en frente.
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