"¿Hasta cuándo?"
Volvió a ocurrir, el Sevilla volvió a mostrar un nivel nulo fuera de casa y volvió a resucitar a otro equipo más. Esta vez fue en el Estadio de la Cerámica, ante un Villarreal que era un rival más que batible, pero cometimos los mismos errores de siempre.
Pablo Machín hacía algunas sustituciones con respecto al partido de Roma, destacando especialmente las ausencias de Ben Yedder y Sarabia en el once, además del sancionado Banega. Salíamos con Vaclik, Navas, Sergi Gómez, Kjaer, Wöber, Promes, Amadou, Roque Mesa, Franco Vázquez, Munir y André Silva.
Desde el primer minuto, vimos un calco de lo que está siendo el equipo fuera de casa esta temporada. El técnico sevillista cometió los mismos errores de siempre, con un sistema de 3 centrales que no da resultado recientemente y con los delanteros a 50 metros del resto del equipo. Un equipo que entró totalmente entregado a un Villarreal que monopolizaba la posición y que arrancó la jornada como penúltimo clasificado de LaLiga Santander. Cazorla volvió loco al centro del campo y a la defensa sevillista.
Un disparo arriba de Víctor Ruiz en una falta que sería anulado por fuera de juego, un centro que dejaba solo a Ekambi y que sacó Wöber a córner, un disparo de Pedraza a las manos de Vaclik y dos oportunidades de Cazorla serían los (muchos) avisos previos al 1-0, que lo firmaría Álvaro González en una falta desastrosamente defendida, siguiendo la tradición del pésimo balón parado del equipo esta temporada, ya sea ofensivo o defensivo.
Tras adelantarse, los locales aflojaron un poco el tornillo y esto dio al Sevilla más balón en unos tímidos intentos que quedaron en nada. Munir tuvo tres ocasiones que perdonó, especialmente un remate acrobático en el área y un mano a mano contra Asenjo que venía tras un excelente cabezazo de André Silva, que sacaba petróleo de la nada. Pero volvió a venirse abajo el equipo, con pérdidas estúpidas, sin ningún tipo de intensidad y con Kjaer como el único que achicaba aguas en una defensa que tenía lagunas, lagunas tan grandes como la que dejó Sergi Gómez en la jugada del 2-0, donde Bacca dejaba solo a Ekambi con un taconazo. Se iba el partido al descanso con una derrota tan dura como justa después de 45 minutos tan malos como siempre.
Se iban a realizar dos cambios en el descanso: entraban Ben Yedder y Sarabia en lugar de Jesús Navas y Franco Vázquez. Se movían fichas, pero no el esquema. Seguían los tres centrales en el campo y ese era el centro de la cuestión. El segundo tiempo valdría para que el Sevilla se inflara de ocasiones sin conseguir materializar ninguna y para que el Villarreal se inflara a cartulinas amarillas. La más clara iba a ser un disparo abajo de Sarabia que saca a córner Sergio Asenjo, junto a muchos otros tiros que quedarían en nada. Vaclik salvó el 3-0 en un disparo a bocajarro de Pedraza.
En el 63 iba a entrar Escudero por Kjaer, por dos razones. La primera, porque el danés sintió molestias musculares; la segunda, para arreglar el error de haber quitado a Nava en el descanso en lugar de a uno de los centrales (cuando Wöber y Sergi Gómez la pasaron 'canutas'). Seguiría el ataque desesperado, con los locales tratando de parar y controlar el partido.
Pero todavía quedaba el último golpe, porque Pedraza iba a hacer el tercero al batir a Vaclik después de una larga carrera en una jugada en la que Sergi estuvo persiguiendo sombras. Un par de minutos después, un disparo desde fuera del área de Ekambi iba a golpear en el palo e iba a ser la última ocasión de un partido donde el Sevilla perdió ante un equipo que solo había ganado un partido en casa esta temporada y que llevaba 10 jornadas consecutivas sin ganar. Ahora vienen la Lazio y el Barcelona, y la próxima salida es a Huesca. ¿Los resucitaremos también?
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