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sábado, 2 de febrero de 2019

El semáforo: RC Celta 1-0 Sevilla FC

Luz verde: siempre puedes contar con Ben Yedder. En un terrible partido del conjunto sevillista, el delantero franco-tunecino fue el único que dejó buenas sensaciones y que me dio la impresión de haber honrado la camiseta. Es lo único con lo que quedarse, un jugador que siempre cumple y que por eso es tan querido por la afición y por eso le salen las cosas tan bien. 11 como él quiero en mi equipo siempre.

Luz amarilla: el centro del campo, bajo mínimos. Hoy ha sido una muestra más de algo que se está viendo desde hace casi dos meses ya. Ni Banega, ni Franco Vázquez, ni Sarabia están a buen nivel. Especialmente graves son los casos de los dos últimos, el argentino por su falta de ritmo y de intensidad (y vaya también su actitud cuando lo sustituyen...) y el madrileño por su nulo nivel desde que ha pedido una renovación millonaria, tanto él como su representante.

¿Por qué esto no es una luz roja? Porque en el banquillo sí que hay material para el centro del campo, pero el entrenador se empeña en poner por decreto a ciertos futbolistas. Amadou tiene muy pocos minutos pese a cumplir siempre que juega y Roque Mesa empezó suplente pese a ser el mejor centrocampista del equipo en este momento. También está Rog, que pese a llevar poco tiempo aquí era la solución idónea para el partido. Lo estábamos viendo todos, pero aún no ha tenido minutos con la camiseta del Sevilla.

Luz roja: ¿qué hay escrito en la libreta de Machín? El gran señalado de la derrota de hoy es, sin duda, el técnico sevillista. No es casualidad que el equipo lleve 8 partidos fuera de casa sin ganar en liga (desde septiembre) y que hoy haya caído frente a un equipo que lleva la friolera de 5 derrotas seguidas. Fuera estamos dando el nivel de un equipo de media tabla baja y no mostramos personalidad ninguna, siendo un equipo frío y sin identidad. Lo peor es que el calendario venidero no invita al optimismo.

Y es que el soriano se está empeñando en demostrarnos a todos que no es capaz de solucionar partidos, porque los cambios llegan siempre excesivamente tarde y cada vez son peores. No se entiende que la solución fuera Amadou o Escudero y que mantenga a los tres centrales contra viento y marea pese a ir perdiendo. Eso, junto a algunas titularidades inexplicables ya justificadas, hacen que el sevillismo se vaya cabreado tras el partido.

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