El Sevilla comienza la temporada liguera con un empate que sabe a dos puntos perdidos. Los de Berizzo empataron a uno en un partido muy raro, que tuvo de todo.
Berizzo salía con un once muy polémico. Sólo dos jugadores repetían titularidad con respecto al partido en Turquía: Lenglet y N'Zonzi. Destacaron la titularidad de Borja Lasso por primera vez en liga y la colocación de Sarabia como lateral izquierdo.
El partido no pudo empezar peor. En el tercer minuto, Baptistao recibía y recorría demasiados metros sin un hombre encima. Se planta delante de David Soria, que hace una buena parada pero que se hace daño. Inmediatamente pide el cambio y Sergio Rico entra para sustituirlo.
El balón se movía de un lado a otro y ambos equipos tendrán una ocasión muy clara. En el Espanyol, un balón lejano que supera al defensa y Sergio Rico hace una tremenda parada abajo al cabezazo de Baptistao. La del Sevilla llegaría desde la banda. Un buen y potente centro de Navas es cabeceado por Nolito y Pau López hace una gran parada a bocajarro.
El Sevilla, en el que no existía el centro del campo, exprimía mucho las bandas y usaba mucho a Navas. En una de ellas llegaba un córner en el que Nolito intentaba un gol olímpico y que Lenglet anotaría tras un rebote.
En los siguientes minutos, Muriel tendría dos grandes oportunidades. La primera, un intento de picarla en el que se equivocó. La segunda, una gran parada de Pau a la media vuelta. Poco después de esta última, Baptistao ponía las tablas tras un grave error de N'Zonzi al sacar en corto una falta.
El partido se iba con empate al descanso y el marcador no se volvería a mover. El Sevilla, tras unos primeros minutos a tierra de nadie, se volvería muy superior. Las bandas, señalando especialmente a Navas, crearon muchísimo peligro. Un Muriel muy activo tendría otras dos claras ocasiones, una buena parada de Pau y un palo.
En los últimos minutos y con el Sevilla intentando ganar el partido, Banega insulta al árbitro y se expulsa solo. Un error inapropiado que, sin duda, condiciona los últimos diez minutos.
Termina el partido con 1-1 y una sensación agridulce en uno de los partidos más raros que recuerdo haber visto en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El martes, partido crucial para entrar en Champions.
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