Arrancó, de forma oficial, la temporada 2017/2018 para el Sevilla. Además, lo hizo de la mejor forma posible: con victoria. El Sevilla se impuso por 1-2 al Istambul Basaksehir en tierras turcas tras 90 minutos en los que pasaron muchas cosas. El resultado da muchas opciones al Sevilla, pero ya sabemos cómo funciona el fútbol y cómo funciona la Champions y aún no hay nada garantizado.
El conjunto de Eduardo Berizzo salió mucho mejor plantado y lo demostró con una clara superioridad plasmada en el terreno de juego. El Sevilla era indiscutible dominador del balón, pero el juego empezó desarrollándose algo lento, faltaba velocidad. Los desmarques de Ben Yedder eran buenos para el equipo y ayudaban a su movilidad, pero faltaba la referencia.
Fue entonces, en el minuto 16, cuando Escudero abriría el marcador con un tremendo zurdazo desde el pico del área que se vería transformado en gol. Un tiro raso y potente que ajustó al palo y que se antojaba muy difícil de parar para Babacan, el portero local.
El gol dio aún más alas al Sevilla, que iba progresando en el campo, atacando cada vez más arriba. El juego se volvía más fluido y aparecían muchos pases entre líneas, con especial mención a Éver Banega en la creación de juego. Se sucedieron ocasiones que el Sevilla no transformaría el gol y que podrían haber supuesto el mazazo a los locales. Correa, Banega y Ben Yedder pudieron batir al portero rival.
En cuanto a la faceta defensiva, al Basaksehir le costaba crear juego. El buen hacer defensivo de N'Zonzi y, especialmente, Pizarro; junto a la atención de Lenglet y Pareja, hacían muy difícil que el conjunto turco moviera el balón por el centro. Sus únicas llegadas se fraguaban por su banda izquierda, donde Montoya y Mercado oponían una oposición más débil.
Así acabó la primera mitad, y la segunda parte comenzó en terreno de nadie. El tiempo complicó el partido, y es que una enorme lluvia dificultaba el juego. Esto lo notó el Sevilla, que vio a su centro del campo desconectarse.
Aparecieron las dificultades en la salida del balón desde atrás y Elia haría el primer gol para los locales tras una carrera en la que ninguno de los dos centrales lograron alcanzarlo. El balón, raso y al muñeco, pasaría por debajo de las piernas de un Sergio Rico que realizó 3 ó 4 intervenciones muy meritorias a lo largo del partido.
Berizzo movía el banquillo. Nolito sustituía a Montoya y poco después Navas haría lo propio con Correa. El de Los Palacios fue determinante en el partido, puesto que su primer balón se convertiría en asistencia de gol. Dejó el cuero en el área para que Ben Yedder llegara en carrera y definiera con la espuela al más puro estilo fútbol sala, disciplina que practicó a nivel profesional.
Los minutos seguían corriendo, con algún susto y alguna ocasión, y finalmente el 1-2 imperó en el marcador. Un resultado muy bueno que deja al Sevilla en buena posición para disfrutar de la máxima competición europea una temporada más, pero que tampoco permite las confianzas. Cualquier error puede salir caro, no se puede perdonar en el Ramón Sánchez-Pizjuán, que no me cabe duda que será de nuevo un hervidero.
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