Luz verde: Jorge Sampaoli. Tenemos en el banquillo algo que no sabremos valorar hasta que se vaya. Enésima vez que salva un partido nuestro entrenador con los cambios. Se equivocó en el planteamiento inicial colocando a Sarabia de lateral, pero cuando llegó el descanso nuestro míster tenía muy claro lo que fallaba y cómo debía solucionarlo y, de hecho, lo solucionó.
No solo hablo del cambio de jugadores sino del de actitud. Vayan ustedes a saber lo que dijo el argentino a los jugadores en el vestuario para que salieran a la segunda parte con una intensidad totalmente diferente. Cambio de actitud abismal.
Cuando el Sevilla se puso a jugar al fútbol (cosa que hizo gracias a los cambios), los jugadores béticos no pudieron hacer nada. Y es que al Sevilla le bastaron 30 minutos del segundo tiempo para llevarse un derbi que en la primera parte parecía que habían tirado a la basura. Esta locura llamada amateurismo nos tiene colíderes de la liga provisionalmente. No escucho y sigo.
Luz amarilla: contraataques. Es un punto que el Sevilla debe mejorar. Cuando recuperamos el balón y se nos plantea la posibilidad de salir rápido en velocidad, muchas veces no lo aprovechamos. Muchas contras ni siquiera existen, y cuando se intentan es habitual que se acabe porque algún jugador se para o intenta un pase atrás. Cuando el Sevilla limpie ese aspecto, caerán muchos más goles; seguro.
Luz roja: inicio sin intensidad. Sabíamos de sobra que el Betis iba a salir a jugarse la vida, porque para ellos es el partido más importante de lo que queda de temporada y, además, hay que añadirle el plus de que los jugadores béticos iban a recibir 10.000€ de prima cada uno por ganar a su eterno rival (siempre y cuando consiguieran mantener la categoría, algo que casi con total seguridad harán).
El Sevilla salió descolocado y eso se notaba en todas las facetas del encuentro. Los sevillistas no ganaban ningún balón dividido y el Betis llegaba como quería, especialmente, por su banda izquierda ante un Sarabia perdido.
Me veo obligado a hablar aquí de Franco Vázquez. No me gusta personificar nunca en esta sección, pero creo que es necesario. Hay sevillistas que lo defienden a ultranza y otros que no, pero lo cierto es que lleva mucho (remarco este mucho) tiempo sin aparecer. El ritmo que tiene no es aceptable en nuestra liga. Una vez más, ha estado totalmente ausente. No lucha los balones, los ve de lejos, no salta a los choques aéreos, apenas da una carrera por partido. Siempre es un cambio. ¿Por qué lo juega todo?
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