Luz verde: las bandas, el único peligro real. El Sevilla hoy, cuando atacó, lo hizo a la desesperada y sin plan ninguno. Eso hizo que predominaran los ataques desde las bandas y, por ello, los jugadores que se perfilaron en cada una de ellas. El que más apareció fue un Navas que tiene gasolina eterna, pero que siempre tenía alguien encima y que falló más de lo que acertó. El que sí acertó fue Promes, que fue certero y creó peligro, aunque luego no lo materializaron.
Luz amarilla: Banega, cuesta abajo. Estamos en el típico caso de luz amarilla que podría ser roja, porque el argentino es responsable directo de la derrota junto a Caparrós y un vergonzoso arbitraje, desigual y que perdonó un penalti al Valencia al final del partido. La temporada de Banega de diciembre hasta hoy está siendo bastante ridícula y hoy lo ha demostrado con un estúpido penalti en el 45 cuando ya nos íbamos al descanso, una irresponsabilidad que no puede cometer un jugador con experiencia.
Luz roja: el planteamiento de Caparrós, nefasto. No le salieron las cosas al utrerano, y tampoco las arregló. Optó por repetir lo que le funcionó ante el Espanyol, con un doble pivote y con Banega por la derecha, pero esta vez fue un desastre. Tuvo que meterlo al medio tras el descanso al quitar a un Amadou con el que de forma extraña quiso sorprender al incorporarlo al ataque.
Se tiraron a la basura 45 minutos donde el equipo estuvo completamente desordenado, y en la segunda parte se vio el típico "quiero y no puedo" con el equipo ya por debajo en el marcador. Hubo ganas y mucho corazón, pero ni había un plan ni había un esquema de juego, solo un equipo a la desesperada metiendo balones al área sin éxito.
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