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domingo, 11 de febrero de 2018

El semáforo: Sevilla FC 1-0 Girona FC


Luz verde: Sergio Rico despierta. Sin duda, el portero sevillista estaba siendo el jugador más cuestionado de la plantilla en estos últimos partidos, especialmente por sus errores ante Getafe y Leganés. Se creó un mar de dudas e inseguridad en el sevillismo que también afectó psicológicamente al portero, pero hoy  se vio una versión totalmente distinta y que esperemos que sea la que aparezca siempre.

Paró un penalti al Girona al borde del descanso, pero no fue su única gran parada. Un cabezazo que iba pegado al palo, otro a bocajarro que detuvo en los mismos finales del partido, una parada abajo y al palo y un balón que sacó con el pie cuando la parecía vencido completan una gran actuación de Rico, que fue el mejor jugador del Sevilla y el gran responsable de que el Sevilla se llevara los tres puntos ante el Girona.

Luz amarilla: poco peligro en los hombres de ataque. Al Sevilla hoy le ha costado más crear ocasiones que en otros partidos y, de hecho, estuvieron bastante parejas para ambos equipos. En la primera parte sí se llegó más y mejor, pero en la segunda mitad los contraataques no terminaban casi nunca y era muy complicado desbordar o sorprender.

Esto se debe a que las bandas no estuvieron bien un partido más. Sarabia sigue muy fallón y, además, ralentizando las jugadas. Correa, por su parte, es un jugador muy intermitente en los propios partidos y desatiende a veces su banda, perdiendo también balones por su afán de regatear en exceso. También influyó que Franco Vázquez estuviera en mal estado de forma debido a la acumulación de minutos, puesto que a la segunda parte ya salió sin poder prácticamente correr y Montella no lo quitó hasta el 80.

Luz roja: no sentenciamos y volvimos a especular. Durante unos 20 minutos, la sombra del empate ante el Getafe en el último minuto merodeó el Ramón Sánchez-Pizjuán. Después del gol, el conjunto de Montella se vino un poco abajo y no insistió. El Girona se empezaba a acercar poco a poco a la portería de Sergio Rico.

Para más INRI, Sarabia perdonaba el 2-0 por no darle el balón a Ben Yedder, que estaba solo; algo inexplicable cuando solo vas ganando por un gol. El cambio de Layún por Sarabia (yo habría metido a Sandro) tampoco ayudó, ya que el panorama defensivo fue el mismo y lo único que consiguió es que el equipo creara menos en ataque. Aquí, los catalanes tuvieron dos ocasiones muy buenas que detuvo Sergio Rico y pusieron el miedo en el cuerpo al sevillismo. Esta vez no pasó nada, pero debemos evitar seguir pidiendo la hora en los partidos.

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