"Lo volvimos a hacer"
Señoras y señores, nuestro Sevilla Fútbol Club lo ha vuelto a hacer. Una vez más, disputaremos una final. La Copa del Rey queda a tan solo un partido después de vencer 2-0 en casa a un Leganés que venía de eliminar a Villarreal y Madrid.
El conjunto que dirige Montella se hizo con el partido y se clasificó merecidamente para la final, ya que desde los primeros compases del encuentro fue el que tuvo las mejores ocasiones y el que asumió el rol de equipo que manda, en un estadio que era un auténtico infierno con 40000 sevillistas dejándose la garganta.
De hecho, salvo un disparo de Amrabat que no supuso peligro, el Leganés no tendría grandes ocasiones en este primer tiempo. Un centro raso de Correa pasó de peligroso a no encontrar rematador pero, en el minuto 14, sería el propio Correa el que remacharía una gran jugada de un Muriel que hizo un gran partido. El colombiano se fue de su defensor en la misma línea de fondo, deteniendo Champagne un disparo a la desesperada cuyo rebote supondría el gol sevillista.
No perdió el dominio del partido el Sevilla tras el gol, teniendo algún acercamiento que no generaría peligro pero sí inercia positiva. Sin embargo, en los últimos 10 minutos del primer tiempo, el conjunto sevillista dudó un poco y se replegó ligeramente atrás. Esto dio al Leganés la opción de intentar ir a por el gol, algo que evitó la buena defensa sevillista. La única oportunidad que tuvieron fue un centro de Bustinza desde banda izquierda que Beauveu remataba arriba.
La segunda parte terminaría con dos grandes ocasiones sevillistas: un tiro de Banega que sacaba bajo palos un defensa después de que Muriel asistiera con una gran jugada y un cabezazo de Escudero en un córner que un defensa despejaba casi cuando estaba entrando el balón, con Champagne superado. Finalmente, el 1-0 era el resultado al descanso.
La segunda parte empezó con una peligrosa falta en el borde del área a favor del Leganés que Beauveu ejecutaría arriba por poco y, minutos después, un disparo lejano de Rubén Pérez se iba fuera por poco, buscando la escuadra. Durante este segundo tiempo, Amrabat debió ser expulsado por doble amarilla (aunque González González no se atrevió a sacarle la segunda) y un defensa rival pudo ver la roja directa por derribar a Muriel cuando estaba solo, aunque el árbitro no pitó ni siquiera falta.
Las decisiones arbitrales encendieron al público y eso se transmitió al campo, volviéndose el partido más trepidante. Muriel tuvo una gran ocasión en esa contra en la que se le quedó atrás el balón y acabó en el suelo, Franco Vázquez levantaba al estadio con un túnel espectacular y Champagne atajaba un disparo de Sarabia desde la frontal. El Sevilla se volvía a activar y Montella daba entrada a Layún, quitando a un Sarabia fundido y adelantando a Navas. Muriel tendría un disparo lejano que se iría muy arriba antes de ser sustituido por Sandro, tras cuajar un gran partido.
El tercer cambio sería obligado. Pizarro entró para dar salida a Banega, que se retiraba con unas molestias que esperemos que no vayan a más. N'Zonzi remataba al lateral de la red un córner de Sandro, siendo el propio jugador canario el que asistiera a Franco Vázquez tras un pelotazo desde atrás para que el italo-argentino hiciera el segundo tras recorrer varios metros y definir muy bien ante el portero rival.
El 2-0 sentenciaba la eliminatoria y el Ramón Sánchez-Pizjuán disfrutó de esos 5 últimos minutos de partido en los que en el campo no ocurrió nada palpable. El Sevilla se clasifica para su 17ª final desde 2006 y buscará su sexta Copa del Rey ante Barcelona o Valencia. La ilusión de tocar plata y de hacer un gran viaje ya aflora en el sevillismo, que hoy se va a dormir muy feliz. Próximo partido ante el Girona, el domingo a las 12:00 horas.
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