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domingo, 19 de marzo de 2017

El semáforo: Atlético de Madrid 3-1 Sevilla


Luz verde: Joaquín Correa. El argentino sigue pidiendo la titularidad a gritos (y mereciéndola). En un nefasto partido, entró y le puso las ganas que le faltaron al resto del equipo. Lleva ya un tiempo entregándose a fondo y aprovechando los minutos al máximo. El equipo ha bajado el nivel y él se mantiene ahí. Su gol es una jugada individual. Mientras los demás se arrastraban, él salió corriendo hacia adelante. Solo, decidido, y con gol incluido.

Luz amarilla: ataque posicional. La luz amarilla de hoy no es roja porque hay mucho donde elegir por abajo. Se ha visto de manera muy evidente hoy en el campo la diferencia entre los ataques del Atlético y nuestros ataques.

Para superar a una defensa (y especialmente a una de las más sólidas del campeonato) hay que darle un punto vertiginoso al juego, hay que buscar la sorpresa (precisamente así fue el gol de Correa). Si el ataque es simplemente posicional, con los jugadores estáticos y buscando pases entre ellos que a veces incluso estropeaban los ataques porque llegaban a campo propio, pocos partidos vas a ganar.

Luz roja: actitud. Empieza a ser ridículo ver a los jugadores en el campo. No hay ninguna intensidad en el juego, no veo ganas de jugar. Este Sevilla es un espejismo de aquel de diciembre o enero que pasaba por encima a los rivales.

¿Os acordáis de cuando le metimos 4 goles al Málaga en 10 minutos? ¿Dónde está la entrega de entonces? Quiero ver eso, quiero ver jugadores mordiendo y matándose por ganar un balón, no jugadores despistados y que apenas dan una carrera. Nasri ya no aporta, Vitolo está más desaparecido y fallón, N'Zonzi no corta todos los balones...

¿Qué pasa con nuestros jugadores? ¿No tienen ganas de jugar con nuestra camiseta? Ayer fueron al aeropuerto a apoyarles después del desastre en Leicester y ni una mirada. Hoy, la misma historia.

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