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domingo, 18 de agosto de 2019

El semáforo: RCD Espanyol 0-2 Sevilla FC

Luz verde: personalidad, actitud y solidez. Si algo ha dejado claro el Sevilla de Lopetegui hoy es que sabe lo que quiere. Ya en la primera jugada del partido, la presión de los sevillistas ha hecho que Diego López haya tenido que sacar el balón fuera. Además, los jugadores no le perdieron la cara al encuentro en ningún momento, estaban metidos hasta el último segundo, jugando con cabeza y presionando tanto al rival como al árbitro.

Pero, si algo ha destacado hoy en los de Lopetegui, ha sido la solidez defensiva. A excepción de un disparo desde la frontal y una oportunidad con el partido ya sentenciado, no se ha sufrido en 90 minutos. Dos laterales seguros, un Carriço imperial que ejerce de líder mejor que nadie y un Diego Carlos solvente que va muy bien de cabeza fueron el cerrojo que el equipo necesitó para no encajar ni un solo gol. Koundé también disputó algunos minutos en los que estuvo correcto. También quiero destacar a Fernando y Jordán, dos grandes futbolistas que van a ser fundamentales este año.

Luz amarilla: cosas por pulir en la parcela ofensiva. Pese a que, como ya he comentado, el equipo tiene claro a lo que juega, lo cierto es que arriba ha faltado chispa, ha faltado esa sensación de crearle al rival un miedo que le impida estar relajado. Esto, en buen modo, se ha debido a que no ha habido nadie en el centro del campo que enlazara con De Jong, un delantero que en lo suyo es muy bueno pero que, si no juegas para él, puede convertirse en una isla arriba.

No tuvo, además, su día Ocampos, que estuvo más fallón de lo habitual y Munir disputó una media hora en la que tampoco hay nada destacable. Al que sí se le pueden remarcar acciones es a un Nolito que marcó el segundo gol sevillista y que tuvo oportunidades y actitud, pero que es demasiado lento para desequilibrar y desbordar.

Luz roja: echando de menos al creador. Banega no pudo jugar hoy por la sanción que arrastraba de la temporada anterior, y jugó el hombre que teóricamente ha llegado para ser su recambio, Óliver Torres. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, el ex jugador del Oporto estuvo desaparecido. Tiene calidad y, cuando aparece, se nota; pero hay que exigirle mucho más si va a "ejercer" el rol de Éver.

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