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viernes, 23 de agosto de 2019

El semáforo: Granada CF 0-1 Sevilla FC

Luz verde: una defensa sólida, la base de un equipo equilibrado. Lopetegui está consiguiendo imprimir su sello a este renovadísimo Sevilla y eso está quedando plasmado en la defensa, que es, sin duda, el punto fuerte del equipo hasta el momento. El equipo se adelanta en el marcador y después no le marcan, y lleva cero goles encajados en estos dos primeros partidos en los que ha conseguido un pleno momentáneo: seis puntos de seis.

También ha sido fundamental el acierto de Monchi en las posiciones que intervienen en lo anteriormente mencionado. Diego Carlos es el complemento ideal para el líder Carriço, es un central férreo, alto, que va bien de cabeza y que ha sacado balones de todos los colores. Delante de ellos está Fernando, un futbolista que aún me parece mentira que haya llegado por solo 4 millones (quién me lo habría dicho hace dos o tres años...). Seguir en esa línea es fundamental para sumar de a tres, algo que ya se ha hecho en dos partidos a domicilio, algo a lo que darle aún más mérito.

Luz amarilla: un antes y un después con Reguilón. Arrancó bien el Sevilla el partido, pero tras la salida de Reguilón al cuarto de hora de partido el equipo empeoró. No sé si notaron los compañeros su ausencia o si fue un golpe psicológico, pero sí que es cierto que Escudero no está al nivel de su competidor, y lo demostró con un par de malas subidas al poco tiempo de ingresar en el campo.

Luz roja: falta crear algo más de miedo. Si la defensa ha sido exquisita, tal vez hemos dejado demasiado de lado el ataque después del 0-1, y tampoco conseguimos crear mucho peligro antes del mismo. Marcamos una de las pocas que tuvimos, pero también perdonamos algunas imperdonables como el contragolpe con un 5 para 2 que perdonó Franco Vázquez.

Quiero destacar aquí que me sorprende la no convocatoria de Dabbur y que Munir no haya jugado minutos, viendo el mal partido que ha hecho un De Jong que ha estado completamente perdido y que se queda en nada cuando no se le dan balones a la cabeza, que claramente es su punto fuerte.

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