"Volvió el orgullo"
Nueve partidos después y con Caparrós de vuelta en el banquillo, el Sevilla volvió a ver la victoria. Lo hizo ante la Real Sociedad, por la mínima y con su gente, abriendo la jornada 36 de LaLiga Santander. Un triunfo que da aire al equipo y esperanza para los tres difíciles partidos que quedan e intentar alcanzar Europa.
El conjunto sevillista salió con las ideas muy claras, con mucha intensidad en la presión y con la portería entre ceja y ceja. Cuando cogía el balón no dudaba ni un solo segundo en ir hacia adelante. Así llegaron las primeras ocasiones del partido con un mano a mano que Sarabia desaprovechaba al intentar una vaselina defectuosa que detuvo Moyá y un mal control de Nolito cuando se quedaba solo dentro del área.
La respuesta de la Real fue tímida pero existió, con un tiro de Januzaj que se iba por encima de la portería defendida por David Soria. Dos contraataques del conjunto vasco desde nuestra banda izquierda fueron los momentos en los que más peligro crearon, pero el partido se paró y bajó de ritmo. Se puso bastante aburrido y dejaron de ocurrir cosas.
Aún así, los de Caparrós tendrían una gran ocasión al borde del descanso. En el minuto 45, un disparo de primeras y con poco ángulo sería detenido 'in-extremis' por Moyá. También hubo una muy clara en una jugada en la que Lenglet, Mercado y Layún intentaron definir, pero el encuentro se fue al descanso sin goles.
La segunda parte empezó de la mejor forma posible. Un pase filtrado al área acabó en un penalti que Sandro provocaba tras adelantarse al defensa y que Banega anotaba con una muy buena definición: raso, fuerte y al palo. El Sevilla se adelantaba en el marcador nada más empezar el segundo tiempo y el marcador no volvería a moverse en lo que restaba de partido.
Illarramendi lo intentó con un tiro lejano y, poco después, Sandro tendría otra oportunidad importante. Recortó el canario muy bien a un defensa y sacó un tiro orientado que buscaba la escuadra pero que Moyá desviaba a córner con una parada de mucho nivel. Era el minuto 53 y, tras un inicio de nuevo más portentoso, el partido volvía a calmarse. Ningún equipo dominaba con el balón, aunque sí que daba la sensación de que el Sevilla lo tenía más controlado.
No hubo grandes ocasiones en los siguientes minutos. El equipo "txuri-urdín" lo intentaba con tiros lejanos que eran interceptados o acababan en córner, mientras que la mejor para el Sevilla fue un tiro de Sarabia que detenía Moyá. Correa sustituyó a Nolito y Geis a Roque Mesa, que se retiró con una atronadora ovación tras ser el mejor del Sevilla durante los 79 minutos que disputó.
Canales ejecutó un disparo con mucha intención que se fue por poco y Juanmi no aprovechó una contra rápida provocada por un pase de Banega en el que el árbitro se entrometió y, a partir de ahí, se reprodujeron en el campo las palabras que Caparrós dijo a sus jugadores: "no se juega más, ¡que no se juega más!". El Sevilla supo por fin jugar y controlar los minutos finales.
Odriozola lo intentaba de cabeza y Franco Vázquez entraba por Sarabia, que veía amarilla por perder tiempo y se perderá el partido contra el Madrid por acumulación. Los últimos minutos fueron de infarto, pero supimos jugarlos. El banquillo, de pie, aplaudía; los jugadores se comían al árbitro e incluso se formó una tangana en la que todos los futbolistas saltaron rápido tras un codazo de Willian José.
El partido terminaba y el Sevilla hacía los deberes en el primer partido de los cuatro que restan, aunque con muchas dificultades y cosas que mejorar. Ganó en actitud y e casta, volvió el orgullo y la sangre sevillista, pero quedan muchos aspectos tácticos que mejorar, como el poco peligro en las bandas y que Banega de mediapunta crea mucho peligro. Hay que trabajar para recibir el miércoles al Madrid en las mejores condiciones.
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